Plantilla:Dia 2 Lago Verde - Lago Palena
A la mañana siguiente,continuamos con energía nuestro recorrido hacia el Norte.Debemos devolvernos por el desvío que habíamos dejado marcado en el hito 11,pues el refugio estaba unos pocos metros apartados de la huella “madre”.
Una vez en ella, avanzamos por un camino bien marcado, de escasa pendiente y rodeado de un frondoso bosque. Al cabo de unos 1.400 metros desde el Hito 11,en dirección Norte, llegamos al Hito 12, denominado, Desvío al Valle Hermoso. El punto, corresponde a un desvío en dirección Noreste que indica el camino hacia un lugar denominado Valle Hermoso. Dicen que esta huella la usan los baquianos (nombre que reciben los arrieros cordilleranos), para llevar su ganado hacia las empastadas y veranadas,que existen hacia el final de ese camino, las que cumplen el objetivo que las tropillas de animales puedan pastar en verano, permitiendo que los pastos utilizados en invierno se recuperen en época estival.
Tras admirar el paisaje,seguimos la huella que nos lleva hacia el Norte, cruzando por el fondo del valle en dirección al Río Quinto.En esta zona, predominan los renovales de coigüe, tepa y mañío, y se cruzan, algunos pequeños puentes de madera fabricados por el Sendero de Chile.
Pese a lo austral del punto en que estamos,el camino está en buenas condiciones. Unos pasos hacia el Norte, nos topamos con dos hermosos esteros que invitan al viajero a tomar un descanso,luego de cruzarlos,la ruta comienza a virar hacia el Oeste y nos encontramos frente a frente con el Río Quinto. Para llegar al Hito 13, denominado, Cruce Río Quinto, seguimos algunos metros (100 m) hacia el Oeste,vadeamos el río y lo cruzamos en dirección Norte. En ese punto está el hito que marca el cruce del Río Quinto y el refugio del Sendero de Chile.El lugar está en muy buenas condiciones, permite capear el mal tiempo y esperar a que se den las condiciones para cruzar el río, que en épocas lluviosas crece en forma considerable. La zona se encuentra poblada de renovales de mañío y coigüe. Sin embargo, y esto fue determinante en que quisiéramos seguir, no cuenta con áreas de pastizales para alimentar a los caballos, hecho fundamental al momento de elegir un lugar de campamento.
Desde este punto, la ruta comienza a subir por la ladera poniente del valle del Río Quinto, y aunque la huella está bien marcada, en condiciones lluviosas se hace muy difícil su recorrido,debido al barro y las altas pendientes de algunos tramos. Es una subida de aproximadamente de más de 1 kilómetro, donde abunda el barro, los esteros pedregosos y raíces que obstaculizan el andar de los caballos. Luego de recorrer 1.100 metros, llegamos al Hito 14,denominado en la zona como Campamento Muñeco.
El lugar corresponde a un desvío que antiguamente utilizaban los baquianos para descender a las orillas del Río Quinto y darles descanso a sus animales antes de continuar con el trayecto hacia el Norte,era el lugar predilecto para el descanso de un baquiano de la zona apodada el Muñeco. Pese a que en esta zona la huella disminuye su pendiente, recorrerla no es fácil.Varias veces nos topamos con pozas de barro, rocosos lechos de esteros o árboles caídos que nos obligan a realizar varios rodeos y desvíos, por lo cual se recomienda tomar precauciones y no alejarse mucho de la huella original. Unos 2,5 kilómetros más al Norte nos encontramos con el Hito 15, denominado “Arroyo La Pulsera”. Éste corresponde a una hermosa formación de cascadas que fluyen en forma lenta, esculpiendo hermosos pozones sobre su lecho de granito gris (roca ígnea intrusiva). La humedad del lugar permite la existencia de extensas formaciones de cañas, musgos, helechos y la presencia de un bosque más tupido que los anteriores, donde el mañío es la especie dominante.
Hacia delante la huella sigue presentando varios tramos complicados,ya sea por el barro,que es cada vez más abundante, o por las fuertes raíces que entorpecen el andar de los caballos.Al cabo de 1,1 kilómetros, se aprecian los rastros dejados por un rodado que arrancó de raíz unos cuantos árboles y dejó una gran zanja en la ladera de la montaña,señal inequívoca del riesgo de recorrer la ruta en épocas no adecuadas.
Tras caminar 1.300 metros por una ruta de regular calidad,llegamos a la famosa Bajada del Diablo,que debe su nombre a la abrupta pendiente que posee, imposible no marcar ese lugar como el Hito 16.
Este constituye el comienzo de una bajada con altas pendientes,aunque no peligrosas. Cuando hay poco barro y el camino está en buen estado,hasta un jinete novato puede bajar sin desmontarse. En invierno, sin embargo, es probable que haya que tomar más precauciones. Para llegar hasta el fondo del valle,se baja en forma de zigzag.
En esta zona reina el mañío en sus versiones macho y hembra y empiezan a aparecer los primeros ejemplares de lenga. Un poco más abajo encontramos algunos que alcanzan los 30 –y más–metros de altura.
Una vez concluido el trayecto de la Bajada del Diablo, luego de 420 metros, llegamos a una planicie poblada de lengas, que decoran el Río Quinto de una forma destacable. El lugar,que marcamos como el Hito 17, presenta óptimas condiciones para realizar un campamento,pues cuenta con leña, agua y algunos mallines donde crece pasto para los animales.
Para avanzar en nuestro recorrido hacia el Norte debemos cruzar nuevamente el Río Quinto. Si bien en esta zona el cauce es más angosto, hay que decir que su profundidad varía de un lado a otro, y en algunas partes supera,incluso, el alto de la montura.Por lo mismo, para evitar mojar la carga, se recomienda sujetar fuertemente las riendas y avanzar lentamente, preocupándose de que el caballo vea las piedras del fondo.
Del otro lado del río llegamos a una zona dominada por helechos y cañas.Donde existen varios esteros que fluyen formando grandes pozas de barro.Se avanzan varios metros en forma paralela al río siguiendo la huella, hasta un punto donde lo volvemos a cruzar. Luego, nuevamente en la orilla Oeste seguimos unos cuantos pasos hacia el Norte, siempre bordeando el río, hasta llegar al Hito 18,denominado, Ultimo Cruce del Río Quinto. El lugar corresponde al último cruce del río en esta parte del recorrido, antes de llegar a la laguna del Río Quinto.Debemos seguir con mucha cautela,ya que existen grandes rocas en el fondo que podrían desestabilizar al caballo y provocar la caída del jinete. Se debe andar a un paso más lento que de costumbre, lo que resulta acertado, pues pocos metros más al Norte el camino se torna de subida. Al cabo de unos dos kilómetros, la huella se vuelve curva y zigzagueante,con subidas y bajadas por suelo pedregoso, producto de los derrubios que ha dejado la erosión de las laderas rocosas, pero 1,8 kilómetros antes de llegar al Hito 19el panorama cambia radicalmente y la huella se vuelve más llevadera mientras recorre bosques de enormes y maduras lengas. Al llegar al Hito 19, denominado, Laguna del Río Quinto se nos aparece la laguna en todo su esplendor.Junto a sus aguas quietas y transparentes que reflejan los picos nevados de la cordillera encontramos una idílica playa de orilla de lago con estupendos sitios para acampar. Hacia atrás, el panorama es más fabuloso todavía. Domina el bosque la lenga y se aprecian añosas especies arbustivas como el michai, con sus frutos negros y esféricos, y la canelilla, especie con hojas similares a las del canelo pero que crece a ras del suelo, no es difícil avistar en los árboles de las orillas de la laguna,al hermoso martín pescador (Ceryle torquita), acechando a algún descuidado pez. Aquí se recomienda realizar campamento, dado el tremendo esfuerzo realizado por las cabalgaduras tras 6 horas de subidas y bajadas.