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→Los primeros clubes chilenos
“¡Qué lástima que la vida es tan corta y la cordillera tan larga!”, decía Reichert. Hay dos Cerro Reichert que lo recuerdan. Uno, de 5470m, cercano al Cerro de las Polleras, así bautizado por el profesor Humberto Barrera. El segundo, de 5350m, pertenece al grupo glaciado al norte del [[monte Aconcagua]] y fue así denominado en 1953 por andinistas argentinos.
Von Erckert, por su parte, “encontró la muerte de los andinistas en el ventisquero del [[cerro Lanín]]”, en palabras de su amigo Reichert.
Tres hermanos santiaguinos, Antonio, Avelino y Francisco Fuentes Maturana, ascendieron en febrero de 1912 el [[volcán Tinguiririca]], un logro que repetirían tres años más tarde.
El mismo febrero de 1912, dos anglo-chilenos, Heriberto Trewhela y Ridley Temperley, y un ítalo-chileno, Félix Mondini, acometieron el [[Cerro Altar]] por la mina de Los Bronces. El plan era subir el [[cerro La Paloma]], aún no escalado, continuar por la arista y trepar al Altar. Veinte metros bajo la cumbre Trewhela sufrió una hemorragia nasal y se detuvo:
{{cita|Reposaba un momento con la frente apoyada cuando un hurrah de victoria bajó en sonoras ondas de la cima repercutiendo de cuesta en cuesta i avisando a las rocas i los hielos de los valles de Río Blanco, Yerba Loca e Infiernillo que el hombre había trepado la virgen cima del Paloma. Levanté la vista; divisé a Temperley, veinte metros más alto que yo, en cabeza, blandiendo su mano en el aire, con la ajilidad propia de la alegría, celebrando su triunfo. El Altar lo había vencido por cuarta vez pero en cambio hoi se llevaba la gloria alpina de haber escalado los 4970m del Paloma por primera vez|Heriberto Trewhela}}
Justo en el momento en que se concretaban estas hazañas en forma informal, la institucionalidad comenzaba a tomar cuerpo.
==La primera federación==
El 21 de mayo de 1913 se fundó en Santiago el “Andinos Exploradores de Chile”, el primer club formado por chilenos. Sus miembros eran, de acuerdo a la prensa de la época, “un grupo de jóvenes entusiastas que anhelan la regeneración de nuestro pueblo apartándolo de los centros corruptores para llevarlo a practicar la vida de campaña, a respirar el aire puro de nuestras cordilleras, abandonando los malos hábitos de la ciudad”. En febrero de 1916, alcanzó 65 socios y ya había dado lugar a la formación de un segundo cuerpo, “Carlos Condell” con 40 socios, un tercero, “Santiago”, con 35, y un cuarto, “Elías Yáñez”, con 45. Más tarde se formó un quinto cuerpo, más propiamente andino, llamando “Montañeses”, con 25 asociados. De acuerdo a una crónica de entonces: