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Diferencia entre revisiones de «Paso Balboa»

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(Anexo: Extracto crónica de Grossen)
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'''Llegada al Valle Balboa. '''
 
'''Llegada al Valle Balboa. '''
  
Con un sol esplendoroso iniciamos muy temprano nuestras actividades. Como tendremos que pasar por un desfiladero muy empinado, los caballos transportarán solamente la mitad de la carga usual, lo que significa que habrá que hacer dos vcccs el mismo recorrido. Nuestros hornbres y Balboa conducen los animales hacia arriba; Torrealba y yo cargamos las pesadas mochilas. La sombra cubre todavia la empinada ladera, asi es que no nos podemos quejar de calor. Pero el ascenso que emprendemos se hace sentir en las piernas. Después de algunas horas logramos llegar a una pequeña pampa, a unos mts. de altura. Está rodeada dc árboles de un verde claro (Nothofagus). Mientras los hombres regresan con los animales para buscar el resto de la carga, Torrealba y yo escalamos otra ladera hasta llegara un punto desde el cual obtenemos una buena viSión a la redonda. La atmósfera despejada nos permite ver todo claramente. Podemos reconocer muy bien los valles que van en dirección sur y sureste hacia el Valle Ibáñez. Todos, menos el Balboa, terminan en los nevados pasos. En dirección noreste podemos mirar directamente al interior del cañadón Boca de león; justo delante de nosotros se ve una punta del Lago Paloma. Senderos silvestres revelan que por aquí deben haber pasado huemules, aunque no podemos ver ninguno en la cercanía. Nos apresuramos en regresar y en cuanto llegamos al campamento, aparece también la caravana con nuestros hombres que vienen agotaEl buen tiempo se mantiene. Pasamos una noche tranquila y a la mañana siguiente proseguimos la marcha. Volvemos a descender en forma bastante abrupta, siguiendo un vallecito que terISO mina en el Valle Balboa. Hacia el medio dia llegamos a una choza que Balboa construyó aqui hace seis años. Se encuentra a unos 590 mts. so. bre el nivel del mar y a unos 100 mts. del fondo del valle fluye el rio Balboa, cuyo ruido podemos percibir. Aqui pasa por un valle bastante amplio donde abunda el pasto. Este es un estupendo alimento para nuestros cansados animales y como no sabemos cómo será el terreno más hacia el interior del valle, preferimos acampar aquí. En la tarde, Balboa sale con los hombres a ve. rificarel estado del terreno. Regresan a las 8 PM. y nos cuentan que hasta unos 8 Kms_ más arriba, donde hay que cruzar el rio, todo está bastante bien; pero el alto nivel de sus aguas podrían planteamos algunos problemas. Balboa se despide a la mañana siguiente y no. sotros proseguimos la marcha por el valle que ahora lleva su nombre. Todavía disponemos de seis caballos. Cinco de ellos van cargados y el sexto no transporta nada. Quedamos de acuerdo con su dueño que si ya no los necesitaríamos más, los arrearíamos de vuelta, el cree que serán capaces de encontrar solos su acostumbrado lu. gar de pastoreo. Para la construcción de una futura ruta caminera sólo sería utilizable cl lado izquierdo de este valle. Fuera de algunas rocas sobresalientes que se podrían dinamitar fiEilmente, no hay mayores impedimentos. En cambio, el lado de. recho del valle desciende hasta el rio en forma casi vertical. A este lado también existe el peligro de permanentes rodados. Empinadas que. bradas a las que se precipitan las masas de nieve surgen desde la base del valle hasta las heladas cumbres dc la -Cadena de Montes Castillo". En uno de los puntos de la ruta que seguimos hoy. nos vemos obligados a cruzar por sobre una enorme avalancha de nieve que se extiende has. ta más allá de la orilla izquierda del rio. Gruesos árboles quebrados demuestran la fuerza de este rodado. De pronto una roca nos impide seguir el camino al lado izquierdo del rio. Este es el punto has. ta donde llegaron nuestros hombres ayer. Por el lado derecho no es posible vencer este obstáculo y asi decidimos cruzar el rio. Como la corriente es demasiado fuerte, los animales sólo podrán lograrlo sin la carga. Tratamos de organizar un puente de troncos y después de varios esfuerzos, lo El traslado de la carga por aquí ya no constituye un problema, ahora sólo nos preocupan los caballos. Aunque el rio no es muy ancho, su agua se precipita con tal velocidad entre grandes rocas diseminadas en su lecho, que la maniobra en si encierra cierto peligro. Cuidadosamente hacemos que un caballo se meta al agua primero. La cuerda atada a su cue110 la sujeta uno de los hombres que ya se en• cuentm al otro lado. Con gritos alentamos al ani• mal para que avance, mientras se tira la cuerda desde allá. Aún cuando los animales no puedan pisar el fondo, están tan acostumbrados a estas penurias que todos llegan ilesos a la orilla opuesta. Sólo uno de ellos se suelta. es arrastrado por la corriente y ya pienso que lo hemos perdido,  
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Con un sol esplendoroso iniciamos muy temprano nuestras actividades. Como tendremos que pasar por un desfiladero muy empinado, los caballos transportarán solamente la mitad de la carga usual, lo que significa que habrá que hacer dos vcccs el mismo recorrido. Nuestros hornbres y Balboa conducen los animales hacia arriba; Torrealba y yo cargamos las pesadas mochilas. La sombra cubre todavia la empinada ladera, asi es que no nos podemos quejar de calor. Pero el ascenso que emprendemos se hace sentir en las piernas. Después de algunas horas logramos llegar a una pequeña pampa, a unos mts. de altura. Está rodeada dc árboles de un verde claro (Nothofagus). Mientras los hombres regresan con los animales para buscar el resto de la carga, Torrealba y yo escalamos otra ladera hasta llegara un punto desde el cual obtenemos una buena viSión a la redonda. La atmósfera despejada nos permite ver todo claramente. Podemos reconocer muy bien los valles que van en dirección sur y sureste hacia el Valle Ibáñez. Todos, menos el Balboa, terminan en los nevados pasos. En dirección noreste podemos mirar directamente al interior del cañadón Boca de león; justo delante de nosotros se ve una punta del Lago Paloma. Senderos silvestres revelan que por aquí deben haber pasado huemules, aunque no podemos ver ninguno en la cercanía. Nos apresuramos en regresar y en cuanto llegamos al campamento, aparece también la caravana con nuestros hombres que vienen agotaEl buen tiempo se mantiene. Pasamos una noche tranquila y a la mañana siguiente proseguimos la marcha. Volvemos a descender en forma bastante abrupta, siguiendo un vallecito que terISO mina en el Valle Balboa. Hacia el medio dia llegamos a una choza que Balboa construyó aqui hace seis años. Se encuentra a unos 590 mts. so. bre el nivel del mar y a unos 100 mts. del fondo del valle fluye el rio Balboa, cuyo ruido podemos percibir. Aqui pasa por un valle bastante amplio donde abunda el pasto. Este es un estupendo alimento para nuestros cansados animales y como no sabemos cómo será el terreno más hacia el interior del valle, preferimos acampar aquí. En la tarde, Balboa sale con los hombres a ve. rificarel estado del terreno. Regresan a las 8 PM. y nos cuentan que hasta unos 8 Kms_ más arriba, donde hay que cruzar el rio, todo está bastante bien; pero el alto nivel de sus aguas podrían planteamos algunos problemas. Balboa se despide a la mañana siguiente y no. sotros proseguimos la marcha por el valle que ahora lleva su nombre. Todavía disponemos de seis caballos. Cinco de ellos van cargados y el sexto no transporta nada. Quedamos de acuerdo con su dueño que si ya no los necesitaríamos más, los arrearíamos de vuelta, el cree que serán capaces de encontrar solos su acostumbrado lu. gar de pastoreo. Para la construcción de una futura ruta caminera sólo sería utilizable cl lado izquierdo de este valle. Fuera de algunas rocas sobresalientes que se podrían dinamitar fiEilmente, no hay mayores impedimentos. En cambio, el lado de. recho del valle desciende hasta el rio en forma casi vertical. A este lado también existe el peligro de permanentes rodados. Empinadas que. bradas a las que se precipitan las masas de nieve surgen desde la base del valle hasta las heladas cumbres dc la -Cadena de Montes Castillo". En uno de los puntos de la ruta que seguimos hoy. nos vemos obligados a cruzar por sobre una enorme avalancha de nieve que se extiende has. ta más allá de la orilla izquierda del rio. Gruesos árboles quebrados demuestran la fuerza de este rodado. De pronto una roca nos impide seguir el camino al lado izquierdo del rio. Este es el punto has. ta donde llegaron nuestros hombres ayer. Por el lado derecho no es posible vencer este obstáculo y asi decidimos cruzar el rio. Como la corriente es demasiado fuerte, los animales sólo podrán lograrlo sin la carga. Tratamos de organizar un puente de troncos y después de varios esfuerzos, lo El traslado de la carga por aquí ya no constituye un problema, ahora sólo nos preocupan los caballos. Aunque el rio no es muy ancho, su agua se precipita con tal velocidad entre grandes rocas diseminadas en su lecho, que la maniobra en si encierra cierto peligro. Cuidadosamente hacemos que un caballo se meta al agua primero. La cuerda atada a su cue110 la sujeta uno de los hombres que ya se en• cuentm al otro lado. Con gritos alentamos al ani• mal para que avance, mientras se tira la cuerda desde allá. Aún cuando los animales no puedan pisar el fondo, están tan acostumbrados a estas penurias que todos llegan ilesos a la orilla opuesta. Sólo uno de ellos se suelta. es arrastrado por la corriente y ya pienso que lo hemos perdido, cuando veo que un trecho más abajo logra topar fondo, se incorpora y sale muy campante a la orilla. Asi habríamos terminado este episodio sin ma}ores pérdidas y procedemos a instalar el campamento en el lado derecho del valle. Todavia es temprano y alcanzamos a salir a reconocer el terreno y a iniciar la apertura de una senda, trabajo que deberá continuarse a la mañana siguiente. Como el tiempo no amanece muy favorable, preferimos no trasladarnos a otro campamento por hoy. pero me preocupan los caballos; por estos lados no encuentran suficiente pasto y de vez en cuando tratan de regresar a la otra orilla. Ya en la noche anterior nos dieron que hacer en ese sentido; por suerte, nos dimos cuenta a tiempo dc sus intenciones y alcanzamos a arrearlos hacia los cerros.  
cuando veo que un trecho más abajo logra topar fondo, se incorpora y sale muy campante a la orilla. Asi habríamos terminado este episodio sin ma}ores pérdidas y procedemos a instalar el campamento en el lado derecho del valle. Todavia es temprano y alcanzamos a salir a reconocer el terreno y a iniciar la apertura de una senda, trabajo que deberá continuarse a la mañana siguiente. Como el tiempo no amanece muy favorable, preferimos no trasladarnos a otro campamento por hoy. pero me preocupan los caballos; por estos lados no encuentran suficiente pasto y de vez en cuando tratan de regresar a la otra orilla. Ya en la noche anterior nos dieron que hacer en ese sentido; por suerte, nos dimos cuenta a tiempo dc sus intenciones y alcanzamos a arrearlos hacia los cerros.  
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'''Subida al paso. '''
 
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por fin llega el momento en que podemos partir. Se buscan IOS caballos, cargamos y emprendemos el ascenso hacia el paso cordillerano. El rio a nuestra derecha se precipita como un loco por su lecho. Se abre camino por entre escarpadas rocas; seguramente éstas dificultarían mucho la construcción de un camino. Sería necesario dinamitar en parte algunos trechos. En otras partes seria posible evadir las rocas por medio de puentes que conduzcan al camino por el lado opuesto del rio; así podría proseguir la ruta sin los impedimentos rocosos. La primera dificultad verdadera está a un kilómetro de distancia del último campamento; se trata de una avalancha de nieve cuya blanca carga ha llegado hasta el rio mismo. Tratar de cruzarla seria demasiado arriesgado ya que podría encontrarse horadada por el rio. Evadimos este obstáculo remontándonos algo por una ladera. Uno de los caballos pierde el equilibrio y se da vuelta hacia atrás, cayendo casi al rio. Por suerte, unos troncos derribados que se acumularon en la orilla impiden su caída total. No sólo habriamos perdido el animal sino que con él nuestras carpas y sacos de dormir. Este incidente nos demuestra el peligro que corremos. Preferimos descargar todos los animales y transportar la carga nosotros mismo por la ladera hacia arriba, lo que significa un gran esfuerzo. En general, éste ha sido un mal dia para mí. Ya en la mañana temprano me corté un dedo con el machete. Después resbalé y cai en forma tan desafortunada que el dolor en la pierna me acompaña todo el día. Y para colmo de los males, olvidé mi cámara fotográfica en un lugar que ha quedado muy atrás cuando me percato de ello. pedro Dias y los demás se ofrecen para ir a buscarla, pero nadie mis que yo sabe el lugar exacto donde está; asi no me queda otra que des. hacer todo 10 andado. Bueno, eso me pasa por olvidadizo. La quebrada por donde continuamos la marcha es tan empinada en algunas partes que bastaría que uno de los animales resbalara para precipitarse de inmediato hasta el río abajo. Sin embar", estos caballitos chilotes son verdaderos acrobatas y están tan acostumbrados a estas foradas jornadas, que casi no deberiamos preocupamos. Más abajo de nosotros hay cantidades inmensas de piedras y rodados, como si una mano gigantesca los hubiesc juntado ahí. Tal vez provengan de época prehistórica y hayan sido transportados por enormes desplazamientos glaciares. Balboa ya nos había hablado de este laberinto de rocas, refiriéndose a él como "Casa de Piedras", nombre que conservaremos. Hacia el mediodía tenemos que volver a cruzar el río. El valle se ensancha y la senda mejora. El rio se ha achicado bastante y el vadearlo dos veces más ya no constituye ningún problema. Ahora nos quedamos definitivamente en su orilla izquierda. El valle continúa en la misma di. rección, entre los 2CK) y 210 grados de latitud sur; recién al aproximarnos al paso, su dirección cambia a 220 grados. Súbitamente divisamos el paso entre los troncos que a estas alturas ya están bastante deteriorados. El altimetro indica 900 mts. sobre el nivel del mar y seguimos subiendo. Por fin se termina el bosque y ante nosotros se extiende una verde pradera, por cuyo centro fluye un arroyo bastante correntoso en la dirección de la cual venimos. La planicie que enfrentamos tendrá unos 8CK) mts. de ancho y está rodeada de altos cerros que sólo podemos ver cuando las nubes se disipan un poco. En esto se levanta un fuerte viento y comicnza a llover. Como hay bastante pasto para nuestros animales, decidimos acampar aquí.  
 
por fin llega el momento en que podemos partir. Se buscan IOS caballos, cargamos y emprendemos el ascenso hacia el paso cordillerano. El rio a nuestra derecha se precipita como un loco por su lecho. Se abre camino por entre escarpadas rocas; seguramente éstas dificultarían mucho la construcción de un camino. Sería necesario dinamitar en parte algunos trechos. En otras partes seria posible evadir las rocas por medio de puentes que conduzcan al camino por el lado opuesto del rio; así podría proseguir la ruta sin los impedimentos rocosos. La primera dificultad verdadera está a un kilómetro de distancia del último campamento; se trata de una avalancha de nieve cuya blanca carga ha llegado hasta el rio mismo. Tratar de cruzarla seria demasiado arriesgado ya que podría encontrarse horadada por el rio. Evadimos este obstáculo remontándonos algo por una ladera. Uno de los caballos pierde el equilibrio y se da vuelta hacia atrás, cayendo casi al rio. Por suerte, unos troncos derribados que se acumularon en la orilla impiden su caída total. No sólo habriamos perdido el animal sino que con él nuestras carpas y sacos de dormir. Este incidente nos demuestra el peligro que corremos. Preferimos descargar todos los animales y transportar la carga nosotros mismo por la ladera hacia arriba, lo que significa un gran esfuerzo. En general, éste ha sido un mal dia para mí. Ya en la mañana temprano me corté un dedo con el machete. Después resbalé y cai en forma tan desafortunada que el dolor en la pierna me acompaña todo el día. Y para colmo de los males, olvidé mi cámara fotográfica en un lugar que ha quedado muy atrás cuando me percato de ello. pedro Dias y los demás se ofrecen para ir a buscarla, pero nadie mis que yo sabe el lugar exacto donde está; asi no me queda otra que des. hacer todo 10 andado. Bueno, eso me pasa por olvidadizo. La quebrada por donde continuamos la marcha es tan empinada en algunas partes que bastaría que uno de los animales resbalara para precipitarse de inmediato hasta el río abajo. Sin embar", estos caballitos chilotes son verdaderos acrobatas y están tan acostumbrados a estas foradas jornadas, que casi no deberiamos preocupamos. Más abajo de nosotros hay cantidades inmensas de piedras y rodados, como si una mano gigantesca los hubiesc juntado ahí. Tal vez provengan de época prehistórica y hayan sido transportados por enormes desplazamientos glaciares. Balboa ya nos había hablado de este laberinto de rocas, refiriéndose a él como "Casa de Piedras", nombre que conservaremos. Hacia el mediodía tenemos que volver a cruzar el río. El valle se ensancha y la senda mejora. El rio se ha achicado bastante y el vadearlo dos veces más ya no constituye ningún problema. Ahora nos quedamos definitivamente en su orilla izquierda. El valle continúa en la misma di. rección, entre los 2CK) y 210 grados de latitud sur; recién al aproximarnos al paso, su dirección cambia a 220 grados. Súbitamente divisamos el paso entre los troncos que a estas alturas ya están bastante deteriorados. El altimetro indica 900 mts. sobre el nivel del mar y seguimos subiendo. Por fin se termina el bosque y ante nosotros se extiende una verde pradera, por cuyo centro fluye un arroyo bastante correntoso en la dirección de la cual venimos. La planicie que enfrentamos tendrá unos 8CK) mts. de ancho y está rodeada de altos cerros que sólo podemos ver cuando las nubes se disipan un poco. En esto se levanta un fuerte viento y comicnza a llover. Como hay bastante pasto para nuestros animales, decidimos acampar aquí.  
  
‘’’Llegamos al divorcio de las aguas. ‘’’
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'''Llegamos al divorcio de las aguas. '''
  
Una vez más el tiempo mejora y aprovechamos el nuevo día para salir a inspeccionar los alrededores. Disponemos de suficientes caballos y podemos cabalgar. Improvisamos sillas de montar con frazadas, lazos y cuerdas, y el resultado es bien pintoresco. El cielo está relativamente despejado y a través del paso cordillerano gozamos de una hermosa visión. Por las laderas orientales del lado oeste, el enano bosque montañoso se arrastra Otros cincuenta metros arriba, hacia los nevados eternos desde los cuales se deslizan glaciares azules. Una cumbre sigue a otra, todas tan empinadas que a veces la nieve no puede sujetarse en las partes altas de las laderas. Estas superficies oscuras contrastan con el cielo azul que las rodea En cambio, las laderas menos escarpadas tienen nieve etema y ventisqueros, desde los cuales se desprenden amplios glaciares. Este lado occidental que impresiona como un paisaje invernal, contrasta con el aspecto estival de las laderas del oeste del lado oriental. Aqui el bosque continúa hasta unos 2(K) mts. más arriba. NO se ve nieve y donde termina el bosque, siguen verdes superficies que terminan en el terreno pedregoso de las cumbres. Designamos toda esta cadena como 'Cerro Quilla" pues se asemeja al contorno de un bote dado vuelta. Su punto más alto queda a unos 1.800 rnts. La cadena  
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Una vez más el tiempo mejora y aprovechamos el nuevo día para salir a inspeccionar los alrededores. Disponemos de suficientes caballos y podemos cabalgar. Improvisamos sillas de montar con frazadas, lazos y cuerdas, y el resultado es bien pintoresco. El cielo está relativamente despejado y a través del paso cordillerano gozamos de una hermosa visión. Por las laderas orientales del lado oeste, el enano bosque montañoso se arrastra Otros cincuenta metros arriba, hacia los nevados eternos desde los cuales se deslizan glaciares azules. Una cumbre sigue a otra, todas tan empinadas que a veces la nieve no puede sujetarse en las partes altas de las laderas. Estas superficies oscuras contrastan con el cielo azul que las rodea En cambio, las laderas menos escarpadas tienen nieve etema y ventisqueros, desde los cuales se desprenden amplios glaciares. Este lado occidental que impresiona como un paisaje invernal, contrasta con el aspecto estival de las laderas del oeste del lado oriental. Aqui el bosque continúa hasta unos 2(K) mts. más arriba. NO se ve nieve y donde termina el bosque, siguen verdes superficies que terminan en el terreno pedregoso de las cumbres. Designamos toda esta cadena como 'Cerro Quilla" pues se asemeja al contorno de un bote dado vuelta. Su punto más alto queda a unos 1.800 rnts. La cadena montañosa occidental recibe el nombre de "Cordón de la Campana", porque Balboa ya había bautizado su cumbre más austral como "Campa. Ya hemos cabalgado 5 kms. cuando llegamos al divorcio de las aguas. queda a unos mts. dc altura. En pequeñas superficies cenagosas sc forman unos arroyuelos que siguen su curso, algunos hacia el norte y otros hacia el sur. Nos cncontramos en uno de los puntos donde se produce cl divorcio de las aguas que van a alimentar IOS dos sistemas lluviales más grandes de la provincia, los rios Baker y Aisén. I lasta aqui habíamos atravesado praderas montañosas que se elevan en forma gradual, pero ahora el terreno desciende directamente ha. cia el bosque, en dirección sur. Más tarde, una vez que hayamos reconocido mejor el terreno, intentaremos bajar por ese lado. I loy dia nos damos por satisfechos con lo logrado e iniciamos el camino de regreso. durante el cual matamos dos gansos silvestres que nos servirán para una sopa esta noche. El día siguientre es un día totalmente perdido en que no podemos hacer otra cosa que esperar. El viento tironea las carpas como si quisiera arrancarlas. I lace un frio intenso y llueve sin cesar. Tampoco podemos calentarnos junto al fuego por que el viento nos echa el humo a los ojos. Y el barómetro no presagia nada bueno. NO hay, pues, ninguna perspectiva alentadora. Tal vezya nos habíamos habituado al buen tiempo y al avance sin tropiezos mayores en esta expedición. Si la comparamos con la del verano pasado, tenemos que conceder que hemos tenido una suerte increible hasta ahora. Por fin pasan las horas. Antes de dormir, converso con Torrealba sobre cl Valle Exploradores. El menciona un rio llamado Tranquilo que proviene del oeste y que desemboca en el Lago General Carrera. Los colonos radicados ahí le dijeron que es un rio proveniente de escasa altura: además, al interior del valle hay un pantano cuyas a$uas aparentemente nuycn hacia el no. roeste. ',Podria ser ése el lugar dc transición que buscamos hacia el mar? Al Oir esto, se refuerza mi propósito anterior de tratar de seguir en lo posible este verano el Curso superior del Rio Exploradores. Espero que entonces pueda concluir satisfactoriamente mi labor exploradora en ese valle, iniciada tiempo atrás. Aunque persisten algunas llovisnas al día siguiente, el tiempo mejora, lo que nos sorprende, dado el mal estado anterior. Pero tal como 10 comprobamos otras tantas veces, la buena suerNos apresuramos a juntar nuestros caballos, fieles e indispensables acompañantes. Ya cada uno ha recibido su nombre: la "Yegua Madrina" es la que guia a los demás; la —Tuerta" y la "Vieja" Y también la "Media Cara" obedecen Sus nombres a características especiales. La última tiene la mitad de la cara blanca y la otra, negra. Uno de los animales se llama "Mula- por sus orejas grandes y otro, manso como un cordero, es el 152 "Potro". De vez en cuando produce cierto disturbio cuando todos pastan en alguna pradera, pero en general esle potro es muy abúlico. De otra manera no habna llegado a convertirse cn animal de carga. Muy pronto nuestra cavarana se ponc en moVimiento por este valle rodeado dc nevadas cum• y ventisqueros. Si alguna vez. sc logra construir una carretera por aqui, será una ruta privilegiada en cuanto a la increihle belleza natural que brindará al viajero. Nuestro próximo campamento se instala al pie del cerro Campana en un verde bosquecillo, interrumpido por algunas superficies cubiertas de pasto. Una vez que han quedado puestas las carpas. VOY de paseo por la ladera del cerro y disfruto de la vista hacia la zaina de Ibáñez. donde reconozco claramente unos roces y una azulada columna de humo que se elevaba detrás de una colina. La mañana siguiente nos regala un sol esplendoroso. Dian, Aguilar y Delgado se ponen a trabajar desde temprano en una senda para caballos que conduzca al interior del valle. Tal vez podremos usar asi nuestros animales una vez más y liberarnos de tener que transportar nosotros la peSada carga. Sabremos si será posible esta noche, cuando los hombres regresen de su trabajo. Torrealba y Martincz me acompañan a caba(loa sacar unas fotografias y a filmar. El paso cordillerano y los cerros circundantes ofrecen múltiples motivos y espero poder captar algo de su belleza. En la tarde obtenemos una buena visión de los alrededores del cerro Quilla. Vemos la región a nuestros pies como en un mapa. I lacia las alturas vemos el origen del rio Ibáñez. Parece que allá hay otro paso cordillerano que conduce al valle del Murta, el que desemboca en el Lago General Carrera. No lo podemos reconocer claramente desde donde estamos, pero si mañana escalamos el cerro Campana, podremos solucionar esa y otras dudas. por sobre el horizonte al sur se eleva el gigantesco San Valentín. primero casi no podemos creer que sea él, pero luego de verificar nuestros cálculos nos convencemos que no puede ser otro que este gigante de 4.(m mts. En parte también podemos seguir el curso del río Ibáñez. Serpentea como una enorme culebra formando bancos de arena y pantanos. Y ahi donde ayer vimos elevarse la columna azulado de humo, podemos reconocer ahora una población al otro lado del inmenso río. El riachuelo cuyo curso seguimos hacia abajo por cl valle parece pasar por profundas quebradas y es posible que eso nos acarree problemas. Los abridores de sendas confirman esta impreSión cuando regresan al campamento en la noche; según ellos, se podría continuar todavía un buen trecho por el valle. Mañana trataremos de seguir ese camino, creemos poder llegar más rápido atravesando el paso cordillerano. Sin embargo, ese no es el sentido de nuestra expedición. Lo que realmente nos interesa es averiguar las posibilidades de construir un camino o una via férrea por la parte más baja que conduce a través de la selva.  
montañosa occidental recibe el nombre de "Cordón de la Campana", porque Balboa ya había bautizado su cumbre más austral como "Campa. Ya hemos cabalgado 5 kms. cuando llegamos al divorcio de las aguas. queda a unos mts. dc altura. En pequeñas superficies cenagosas sc forman unos arroyuelos que siguen su curso, algunos hacia el norte y otros hacia el sur. Nos cncontramos en uno de los puntos donde se produce cl divorcio de las aguas que van a alimentar IOS dos sistemas lluviales más grandes de la provincia, los rios Baker y Aisén. I lasta aqui habíamos atravesado praderas montañosas que se elevan en forma gradual, pero ahora el terreno desciende directamente ha. cia el bosque, en dirección sur. Más tarde, una vez que hayamos reconocido mejor el terreno, intentaremos bajar por ese lado. I loy dia nos damos por satisfechos con lo logrado e iniciamos el camino de regreso. durante el cual matamos dos gansos silvestres que nos servirán para una sopa esta noche. El día siguientre es un día totalmente perdido en que no podemos hacer otra cosa que esperar. El viento tironea las carpas como si quisiera arrancarlas. I lace un frio intenso y llueve sin cesar. Tampoco podemos calentarnos junto al fuego por que el viento nos echa el humo a los ojos. Y el barómetro no presagia nada bueno. NO hay, pues, ninguna perspectiva alentadora. Tal vezya nos habíamos habituado al buen tiempo y al avance sin tropiezos mayores en esta expedición. Si la comparamos con la del verano pasado, tenemos que conceder que hemos tenido una suerte increible hasta ahora. Por fin pasan las horas. Antes de dormir, converso con Torrealba sobre cl Valle Exploradores. El menciona un rio llamado Tranquilo que proviene del oeste y que desemboca en el Lago General Carrera. Los colonos radicados ahí le dijeron que es un rio proveniente de escasa altura: además, al interior del valle hay un pantano cuyas a$uas aparentemente nuycn hacia el no. roeste. ',Podria ser ése el lugar dc transición que buscamos hacia el mar? Al Oir esto, se refuerza mi propósito anterior de tratar de seguir en lo posible este verano el Curso superior del Rio Exploradores. Espero que entonces pueda concluir satisfactoriamente mi labor exploradora en ese valle, iniciada tiempo atrás. Aunque persisten algunas llovisnas al día siguiente, el tiempo mejora, lo que nos sorprende, dado el mal estado anterior. Pero tal como 10 comprobamos otras tantas veces, la buena suerNos apresuramos a juntar nuestros caballos, fieles e indispensables acompañantes. Ya cada uno ha recibido su nombre: la "Yegua Madrina" es la que guia a los demás; la —Tuerta" y la "Vieja" Y también la "Media Cara" obedecen Sus nombres a características especiales. La última tiene la mitad de la cara blanca y la otra, negra. Uno de los animales se llama "Mula- por sus orejas grandes y otro, manso como un cordero, es el 152 "Potro". De vez en cuando produce cierto disturbio cuando todos pastan en alguna pradera, pero en general esle potro es muy abúlico. De otra manera no habna llegado a convertirse cn animal de carga. Muy pronto nuestra cavarana se ponc en moVimiento por este valle rodeado dc nevadas cum• y ventisqueros. Si alguna vez. sc logra construir una carretera por aqui, será una ruta privilegiada en cuanto a la increihle belleza natural que brindará al viajero. Nuestro próximo campamento se instala al pie del cerro Campana en un verde bosquecillo, interrumpido por algunas superficies cubiertas de pasto. Una vez que han quedado puestas las carpas. VOY de paseo por la ladera del cerro y disfruto de la vista hacia la zaina de Ibáñez. donde reconozco claramente unos roces y una azulada columna de humo que se elevaba detrás de una colina. La mañana siguiente nos regala un sol esplendoroso. Dian, Aguilar y Delgado se ponen a trabajar desde temprano en una senda para caballos que conduzca al interior del valle. Tal vez podremos usar asi nuestros animales una vez más y liberarnos de tener que transportar nosotros la peSada carga. Sabremos si será posible esta noche, cuando los hombres regresen de su trabajo. Torrealba y Martincz me acompañan a caba(loa sacar unas fotografias y a filmar. El paso cordillerano y los cerros circundantes ofrecen múltiples motivos y espero poder captar algo de su belleza. En la tarde obtenemos una buena visión de los alrededores del cerro Quilla. Vemos la región a nuestros pies como en un mapa. I lacia las alturas vemos el origen del rio Ibáñez. Parece que allá hay otro paso cordillerano que conduce al valle del Murta, el que desemboca en el Lago General Carrera. No lo podemos reconocer claramente desde donde estamos, pero si mañana escalamos el cerro Campana, podremos solucionar esa y otras dudas. por sobre el horizonte al sur se eleva el gigantesco San Valentín. primero casi no podemos creer que sea él, pero luego de verificar nuestros cálculos nos convencemos que no puede ser otro que este gigante de 4.(m mts. En parte también podemos seguir el curso del río Ibáñez. Serpentea como una enorme culebra formando bancos de arena y pantanos. Y ahi donde ayer vimos elevarse la columna azulado de humo, podemos reconocer ahora una población al otro lado del inmenso río. El riachuelo cuyo curso seguimos hacia abajo por cl valle parece pasar por profundas quebradas y es posible que eso nos acarree problemas. Los abridores de sendas confirman esta impreSión cuando regresan al campamento en la noche; según ellos, se podría continuar todavía un buen trecho por el valle. Mañana trataremos de seguir ese camino, creemos poder llegar más rápido atravesando el paso cordillerano. Sin embargo, ese no es el sentido de nuestra expedición. Lo que realmente nos interesa es averiguar las posibilidades de  
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construir un camino o una via férrea por la parte más baja que conduce a través de la selva.  
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'''Escalamos el Cerro Campana.'''
 
'''Escalamos el Cerro Campana.'''

Revisión del 09:49 20 mar 2018


Los hermosos mallines en el nacimiento del Río Balboa. Fotografías de Tobias Hellwig.
__ Ruta
__ Laguna Campana.


Mapa de la ruta

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Cuadro Resumen (editar)
Actividad Trekking
Ubicación Chile, Coyhaique
Belleza Impresionante
Atractivos Vistas panorámicas, Bosque, Parque Nacional
Duración 4 días
Exigencia física 14.4 dopihoras
Sendero Inexistente
Señalización Inexistente
Infraestructura Inexistente
Topología Cruce
Desniveles +2148, -2223
Distancia (k) 39.6
(*) Distancias consideran cruce completo.
Altitud media 841
Habilidades Cruce de ríos caudalosos, Orientación con GPS o Mapas, Rapel con cuerdas, Asegurar con cuerdas
Primer autor Dmahn
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Descripción General

Libro "Visión Histórica y colonización de la patagonia occidental", de Augusto Grosse, fuente primaria para realizar esta ruta.
Perfil de ruta completa.
Primera vista al iniciar la ruta.
Subiendo por el Valle Balboa.
Alguno de los numerosos cruces del Río Balboa.
Vista del valle Ibañez y la Carretera Austral desde la ruta antes de iniciar el descenso por la ladera de rapeles.
Descenso a campo traviesa.
Descenso final a rapel. La ladera tomada esta encajonada por 2 arroyos secos de fuerte inclinación. Se realizaron 2 largos de rapel de 10m cada uno, asegurando en arboles. Notar las paredes de roca a la izquierda, de alta inclinación y complejidad, y que a la derecha del descenso se ve una ladera que pareciera ser mas segura. Tenerla en consideración como posible ruta alternativa.
Último desafío de la ruta, el carrito por el río Ibañez.

Ruta de trekking por el Valle Balboa, en la Cordillera Castillo, remontando por las altas cumbres del Parque Nacional Cerro Castillo y descendiendo hacia la Carretera Austral en el valle del río Ibañez.

Advertencia de dificultad de ruta

Esta ruta se compone de 3 tramos radicalmente distintos en dificultad: el ascenso por el Valle Balboa, el paso por el mallín y las altas cumbres y el descenso hacia el Valle Ibañez. Mientras que el mallín y las altas cumbres no poseen dificultad técnica, para el ascenso del Valle Balboa la ruta cruza al menos 5 veces el río del mismo nombre, requiriendo conocimiento necesario en cruce de ríos. Por otra parte, el tramo para descender al Valle Ibañez tiene largos tramos de campo traviesa por laderas pronunciadas, descenso por maleza y además por paredes de roca, realizándose tramos a rapel.

Por lo anterior el descenso final se recomienda solo para senderistas mas experimentados y con el conocimiento previamente mencionado. No obstante la ruta hasta este punto es suficientemente interesante y bonita para que se pueda llegar hasta aquí y luego devolverse por el camino realizado de subida.

Historia

En los años 40' Augusto Grosse, explorador de la Patagonia, buscando un cruce de la Cordillera Castillo para un futuro camino vehicular descubrió y abrió esta ruta, nombrándola con el nombre del último vecino del valle quien dió las pistas para su cruce.

A pesar de no haberse realizado el camino por este lado, con el tiempo se formó una huella para llevar animales al mallín que se encuentra en su cima, utilizándose hasta el día de hoy para ello. En los años 80' un avión pequeño de pasajeros se estrelló en una de las paredes de los cerros. Hoy en día el avión sigue ahí, oculto en la maleza. Evidencia de esta historia es que en el puesto del mallín es posible encontrar restos del avión (piezas de fuselaje y una silla de pasajeros) siendo utilizadas por los puesteros.

Época adecuada

Dado que la ruta incluye numerosos cruces de río y atravesar un mallín en que cae nieve durante el invierno, se recomienda hacer este cruce durante el verano o a mas tardar otoño antes de las primeras nevadas (octubre a abril).

Acceso

En vehículo propio

Desde Coihayque tomar la Carretera Austral 7 en dirección sur por 24km hasta la entrada de Valle Simpson y doblar a la derecha hacia Villa Freire (último punto para abastecerse). Pasado el pueblo seguir la señalética hacia Lago Elizalde y llegado al lago continuar por este camino en ruta al Lago Caro por ruta de ripio en buen estado (ruta X-686).

20km pasado el Lago Elizalde se llega a un letrero que indica "Río Paloma y Lago Caro adelante, Rio Mogote a la izquierda". Tomar la salida a la izquierda y continuar por 2km de ripio en mal estado hasta llegar al final del camino, marcado por un puente y una reja cerrada.

Unos 150 metros antes del puente está la casa de los últimos vecinos del valle, donde se recomienda pasar a saludar, pedir información del cruce e incluso pedir dejar el vehículo.

En transporte público y autostop

Existe transporte publico subvencionado desde Coihayque hasta el cruce 2km antes del inicio del sendero. Llamar al fono de contacto para coordinar viaje.

Coihayque- Lago Caro.

  • Martes, Jueves y Sábado: Ida 8:30 hrs, vuelta 13:00.
  • Domingo: 14:30 ida, vuelta 18:30.
  • Fono contacto: +569 81779006.

Nota: Horarios obtenidos de afiche en terminal de buses de Coihayque en feb-18.

También es posible llegar mediante auto-stop pero dada la poca afluencia vehicular pasado lago Elizalde y los numerosos caminos interiores en la ruta puede ser difícil de lograr.

Descripción de la ruta

Para claridad de la ruta se separa en sus 3 tramos mas claros y ya mencionados: El ascenso por el valle Balboa hasta el mallín, terminando en una hermosa laguna de deshielo (bautizada como Laguna Campana en honor al cerro que alimenta sus aguas), la ruta por las altas cumbres del Parque Nacional Cerro Castillo, con la posibilidad de encontrarse con huemules, y finalmente el descenso hacia el Valle Ibañez. Dependiendo del nivel de los senderistas y del tiempo disponible se debe programar debidamente hasta que punto se va a llegar en el viaje.

Ascenso a Laguna Campana

  • Duración: 2 días
  • Distancia: 22.9 km
  • Ascenso: 1402 mts ↑
  • Descenso: 635 mts ↓
  • Desde - Hasta : Última casa del valle - Desvío a Laguna Campana.

Partiendo desde la reja, caminar 2.3km por camino vehicular hasta que se abre una valle a la derecha cruzando un portón y una casa, en dirección sur. Seguir por aquí por sendero bien marcado, siempre en ascenso, subiendo por el valle y manteniendo el río Balboa a vista y a la izquierda. Si se ve gente en la casa o en la ruta, ser respetuoso y pedir permiso para el acceso.

En el km 11 el sendero baja a la rivera del río y en el km 12 ya es necesario cruzar el río a su orilla este, el primero de muchos cruces. Además este punto es un buen lugar de campamento para descansar la primera noche.

2.9km mas adelante se debe cruzar el río por 2º vez, de vuelta a su lado oeste, y 200m mas adelante, en un mallín se debe cruzar nuevamente de vuelta a lado este. En este cruce hay una pequeña isla por el centro del río, la cual se debe seguir hasta el final 50m para finalmente cruzar al otro lado.

El sendero continua subiendo por el valle, pasando por un espectacular salto del río, y 2 cruces de río mas (cruces nº 4 y nº 5). Aquí el sendero se interna en el bosque, y se continua en ascenso, por 3km mas hasta llegar al mallín principal.

El mallín es plano, ancho, y largo, permitiendo avanzar fácilmente por la arena y rocas del río. Unos 1,3 km recorridos se llega a un refugio de arrieros, el cual como se mencionó antes es posible encontrar la silla del accidente aéreo ocurrido en los años 80'.

Finalmente, Unos 1,8 km mas adelante se llega a un notorio arroyo de color gris, bajando desde el cerro. Aguas arriba está la laguna de deshielos del cerro Campana. Se recomienda hacer campamento abajo, mas protegido del viento, y recorrer los 1.44km y 140m de desnivel para a llegar a ella (20 min de ascenso).

Altas cumbres del Parque Nacional Cerro Castillo

  • Duración: 1/2 a 1 día
  • Distancia: 8.4 km
  • Ascenso: 381 mts ↑
  • Descenso: 284 mts ↓
  • Desde/hasta: Desvío a Laguna Campana - Campamento final por cumbres.

Continuando por el mallín por 2,7km se llega finalmente a su extremo sur, donde la existencia de humedales marcan el nacimiento del río Balboa. Mirando hacia la izquierda se ve un portezuelo por el cual se puede continuar, hacia el Valle Ibañez. Ascendiendo por el cerro a campo traviesa por el bosque, se llega a otra pequeña huella la cual se sigue por las alturas de los cerros.

En toda esta ruta es posible encontrarse huemules, viendo el autor de esta ruta 3 de ellos observándonos curiosamente desde la distancia.

Unos 4km por estas huellas, siempre en altura sin entrar al bosque a la derecha se llega a un mirador. Desde aquí se puede tener una panorámica de las alturas y los cerros cercanos.

Este es el punto mas lejano hasta donde se puede llegar solo con conocimientos de trekking y cruzado de ríos. Pasado este punto el nivel técnico de la ruta aumenta drásticamente, recomendándose continuar solo a gente experimentada.

A la izquierda del mirador hay un nuevo río, y unos metros pasados una parte protegida del viento para dejar la carpa y descansar para el duro descenso del día siguiente.

Descenso al Valle Ibañez

  • Duración: 1 día (7-9 horas aprox.)
  • Distancia: 8 km
  • Ascenso: 175 mts ↑
  • Descenso: 1023 mts ↓
  • Desde/hasta: Campamento - Final de la ruta en Carretera Austral.

Partiendo temprano el descenso, nos devolvemos hacia el río y empezamos un descenso a campo traviesa por el bosque, buscando la mejor ladear hasta llegar al valle abajo, 300m de desnivel. En este valle hay un extenso mallín, el cual seguimos hacia la cara oeste.

En este punto ya es posible encontrar huellas de arrieros, e incluso marcas de motosierra en los troncos botados. La ruta que se tomó va siguiendo este sendero en dirección oeste para nuevamente entrar a campo traviesa. Se sospecha que si se seguía este sendero en dirección este era posible seguirlo hasta el valle y el final del sendero, pero lamentablemente no se realizó por perder la huella en la maleza. Se deja constancia de este hecho por si futuras expediciones quieren intentarlo y lograr una ruta mas fácil y segura. Además, en el libro de Grossen está es la última referencia encontrada de la ruta, mencionando una "meceta humeda" luego de 7km recorridos por las alturas. Se supone que él tomó la ruta hacia el este.

Al llegar al extremo oeste del mallín se acaba el sendero, debiéndose volver a tomar alturas, ahora a campo traviesa por la dura vegetación patagónica subiendo por un cerro con poca vegetación en dirección sur. Existen numerosas huellas de huemules arriba, por lo que se puede tomar la mejor de ellas para poder recorrer mas rápido.

2km recorridos por el cerro, ya se puede ver abajo el Valle Ibañez y la Carretera Austral, por lo que solo falta bajar. Es critico en este punto moverse por la maleza hacia el este, ya que de descender por este punto la ruta cae a precipicios de roca, imposibilitando el descenso. Seguir la ruta con GPS para encontrar la pendiente tomada por los autores, necesitando solo 2 largos de rapel de 10m c/u. Notar en la imagen adjunta que de haber continuado hacia el este la ruta podría ser un poco mas fácil que la realizada.

Una vez en el valle profundo ya aparecen nuevamente evidencia de vacas y senderos humanos, caminar en dirección sur tomando cada vez mejores senderos hasta encontrar el camino principal que te lleva a un valle mas profundo y con bosque abierto, y finalmente hasta el carrito para cruzar el caudaloso río Ibañez. A pesar de que puede parecer peligroso, este carrito es utilizado regularmente por los vecinos del sector. Para cruzar, el pasajero debe impulsarse con la palanca metálica que está dentro del carro. Una segunda persona puede apoyar desde la torre jalando con el cable. Para mayor seguridad cruzar 1 persona a la vez. Una vez del otro lado hacer autostop para llegar a Cerro Castillo, a 20km de distancia (Pasan suficientes vehículos para poder realizar esto con poca dificultad).

Tiempo Esperado

  • El ascenso hasta la laguna Campana toma alrededor de 2 días, con 1 día extra para bajar de vuelta (3 días total). Si se quiere llegar hasta el final del valle, agregar 1 día extra para ir y volver.
  • En caso de realizar la travesía completa, estimar 1 día extra para llegar hasta el portezuelo mas el descenso por el lado sur (3 a 4 días total). Dado lo complejo de la ruta, la falta de buenos lugares para acampar y la poca agua disponible, se recomienda partir el descenso bien temprano para realizarlo en 1 día largo.

Permisos / Tarifas

Gratis-y-sin-permisos.png Esta ruta es gratis y no se requiere permiso

Contratar Guías

Alejandro Galilea (+569 98844950) Ofrece esta ruta a caballo hasta la zona de altas cumbres, en 3 días.

Recomendaciones

  • Checklist: Aunque sepas perfectamente lo que debes llevar, es preferible chequearlo al empacar. Esta ruta ha sido clasificada como Checklist de equipo tipo 4: ruta de baja altitud, sin nieve ni frío, con acampe.
  • Bajar toda la basura ya que nadie lo hará por ti.
  • Todo el ascenso de la ruta hasta el paso va siguiendo el río Balboa, por lo que no se necesita llevar agua. Pasado este punto el agua escacea por lo que es necesario ser cauteloso. Se marcan en el mapa los arroyos disponibles.
  • Para minimizar el riesgo de incendios forestales evita hacer fogatas.
  • Esta ruta exige el cruce de caudales delicados. Lea las técnicas de cruce de ríos.
  • Esta ruta pasa por habitat de Pumas, por ende es importante seguir las recomendaciones de Conaf.
  • Esta ruta pasa por zona de huemules, ser respetuoso con ellos.

Galería de fotos

Anexo: Extracto crónica de Grossen

Extracto del libro Visión Histórica y colonización de la patagonia occidental, de Augusto Grosse, páginas 143-155, del cual se obtuvo la idea de esta aventura. Escaneado con reconocimiento óptico de caracteres (hay errores).


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