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Muelle de las Almas

48 bytes añadidos, 18:42 1 feb 2020
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Según la tradición de Chiloé y de Cucao, cuando una persona muere su espíritu debe venir hasta esta zona y llamar a Tempilkawe, también llamado balsero, un personaje mítico que llega hasta la orilla sobre su balsa de espuma para llevarse el alma del difunto. El espíritu debe pagar este trayecto con piedras preciosas, que se encuentran en la playa de Rahue y que se encuentran pulidas por la erosión del mar y el viento.
En la costa oeste de Chiloé, el fundo de Punta Pirulil se encuentra inmerso en uno de los paisajes más dramáticos y salvajes de la isla grande. Primero hay que llegar a Cucao y luego tomar el camino hacia el sur, atravesando la larga playa del pueblo. Son rutas difíciles, por lo que se recomienda ir en un vehículo todoterreno. A unos ocho kilómetros de Cucao está la comunidad de Rahue, un grupo de familias que vive a la antigua, desconectadas del ruido y solo con energía eléctrica a través de un generador. Si va fuera de temporada en este caserío hay que parar, pues sus habitantes guardan las llaves del fundo Punta Pirulil. El viaje continúa hacia el sur de la playa de Rahue, por un camino de ripio. Al final de la playa viene una cuesta de fuerte pendiente -lo que justifica la necesidad de un 4x4- que conduce al inicio del sendero, 1,4 kilómetros más allá. Específicamente, éste comienza en un sector donde hay un grupo de casas y un fogón de la comunidad de Rahue. Durante el verano se habilitan estacionamientos en el lugar, pero el resto del año se debe pedir permiso a algún lugareño para estacionar. La ruta está indicada por un cartel que dice "Muelle del Alma" y "Lobería", tomando rumbo oeste e internándose en dirección al océano Pacífico a través de Punta Pirulil. El Muelle del Alma es una obra creada por el artista visual Marcelo Orellana (alias Chumono), que representa un muelle de madera y cuyo nombre tiene relación con una antigua tradición oral chilota. Dicen que cuando una persona muere, su espíritu debe acudir a este sector y llamar al Tempilkawe, el Balsero, personaje mítico que acude en su balsa de espuma y se lleva el alma del difunto, cobrando su paga en piedras preciosas, las mismas que se encuentran en la playa de Rahue, pulidas naturalmente por el mar. El título original de la obra es "Kuy-kuy Tempilkawe - El Muelle del Alma". Son aproximadamente dos kilómetros y medio hasta este lugar. El primer tramo atraviesa un bosque de canelos, arrayanes, lumas y gran cantidad de helechos. Durante los meses lluviosos tiene bastante barro, por lo que los zapatos de trekking de caña alta y los bastones se hacen muy necesarios. El sector es transitado por vacas y ovejas, por lo cual existen huellas que en general llevan en la misma dirección. Como sea, el sendero oficial está marcado por palos con pintura blanca y troncos pintados. Tras avanzar un kilómetro se llega a un cerco cerrado con candado, el cual se abre con la llave que se pide en las casas de Rahue. Durante enero y febrero hay un cuidador al cual también se le puede pagar la entrada, en caso de no haberlo hecho antes. Al otro lado del cerco hay una antigua casa azul habitada esporádicamente y una banca protegida del viento y del sol, un sitio ideal para una breve detención. Al continuar, el paisaje cambia notoriamente. El terreno es de suaves lomas con praderas y bosques de olivillo costero, especie en problemas de conservación. Las praderas brindan espectaculares vistas hacia la costa de Rahue y Cucao, y en ocasiones se pueden avistar ballenas azules, que entran a la bahía en busca de aguas protegidas durante su ruta migratoria. El sendero continúa con varias subidas, bajadas y vistas notables. Al subir la última loma se comienza a divisar la meta: El Muelle del Alma. Desde ahí es una agradabale bajada con vista al mar en 180 grados, en ocasiones con un fuerte viento. Poco antes de llegar al Muelle del Alma hay un panel informativo hecho por el autor de la obra, donde se explica la historia del lugar y por qué está emplazada allí. Pero además del paisaje y de la escultura, hay mucho más para ver en este punto. Al frente hay un islote habitado por varias especies de fauna que para la mayoría pasan inadvertidas: en la base se junta un grupo de lobos marinos, en la cumbre hay una colonia de cormoranes imperiales (que anidan ahí en su época reproductiva), y en pequeñas terrazas en medio de los acantilados se instalan cormoranes lile. Una buena idea es llevar binoculares para observarlos. Puede caminar por el muelle (está permitido) o simplemente sentarse en su extremo a admirar este escenario natural. Con un poco de imaginación, los ruidos emitidos por los lobos marinos, el oleaje y la brisa marina quizás evoquen a las almas en espera del Tempilkawe, una más de las tradicionales leyendas chilotas.
[[File:muelle de las almas.JPG|thumb|400px|Muelle de las Almas.]]
Os advertimos que estos últimos kilómetros se recorren por una carretera sin asfaltar, con bastante pendiente, por lo que si llevas un turismo como nosotros, merece la pena tomárselo con mucha tranquilidad para no tener ningún contratiempo.
El trayecto te llevará aproximadamente 45 minutos en cada uno de los sentidos, tomándotelo con calma, haciendo paradas tanto para descansar como para hacer fotografías.
 
 
En la costa oeste de Chiloé, el fundo de Punta Pirulil se encuentra inmerso en uno de los paisajes más dramáticos y salvajes de la isla grande. Primero hay que llegar a Cucao y luego tomar el camino hacia el sur, atravesando la larga playa del pueblo. Son rutas difíciles, por lo que se recomienda ir en un vehículo todoterreno.
 
A unos ocho kilómetros de Cucao está la comunidad de Rahue, un grupo de familias que vive a la antigua, desconectadas del ruido y solo con energía eléctrica a través de un generador. Si va fuera de temporada en este caserío hay que parar, pues sus habitantes guardan las llaves del fundo Punta Pirulil.
 
El viaje continúa hacia el sur de la playa de Rahue, por un camino de ripio. Al final de la playa viene una cuesta de fuerte pendiente -lo que justifica la necesidad de un 4x4- que conduce al inicio del sendero, 1,4 kilómetros más allá. Específicamente, éste comienza en un sector donde hay un grupo de casas y un fogón de la comunidad de Rahue. Durante el verano se habilitan estacionamientos en el lugar, pero el resto del año se debe pedir permiso a algún lugareño para estacionar.
 
La ruta está indicada por un cartel que dice "Muelle del Alma" y "Lobería", tomando rumbo oeste e internándose en dirección al océano Pacífico a través de Punta Pirulil.
 
Son aproximadamente dos kilómetros y medio hasta este lugar. El primer tramo atraviesa un bosque de canelos, arrayanes, lumas y gran cantidad de helechos. Durante los meses lluviosos tiene bastante barro, por lo que los zapatos de trekking de caña alta y los bastones se hacen muy necesarios. El sector es transitado por vacas y ovejas, por lo cual existen huellas que en general llevan en la misma dirección. Como sea, el sendero oficial está marcado por palos con pintura blanca y troncos pintados.
 
Tras avanzar un kilómetro se llega a un cerco cerrado con candado, el cual se abre con la llave que se pide en las casas de Rahue. Durante enero y febrero hay un cuidador al cual también se le puede pagar la entrada, en caso de no haberlo hecho antes. Al otro lado del cerco hay una antigua casa azul habitada esporádicamente y una banca protegida del viento y del sol, un sitio ideal para una breve detención.
 
Al continuar, el paisaje cambia notoriamente. El terreno es de suaves lomas con praderas y bosques de olivillo costero, especie en problemas de conservación. Las praderas brindan espectaculares vistas hacia la costa de Rahue y Cucao, y en ocasiones se pueden avistar ballenas azules, que entran a la bahía en busca de aguas protegidas durante su ruta migratoria. El sendero continúa con varias subidas, bajadas y vistas notables.
 
Al subir la última loma se comienza a divisar la meta: El Muelle del Alma. Desde ahí es una agradabale bajada con vista al mar en 180 grados, en ocasiones con un fuerte viento. Poco antes de llegar al Muelle del Alma hay un panel informativo hecho por el autor de la obra, donde se explica la historia del lugar y por qué está emplazada allí.
 
Pero además del paisaje y de la escultura, hay mucho más para ver en este punto. Al frente hay un islote habitado por varias especies de fauna que para la mayoría pasan inadvertidas: en la base se junta un grupo de lobos marinos, en la cumbre hay una colonia de cormoranes imperiales (que anidan ahí en su época reproductiva), y en pequeñas terrazas en medio de los acantilados se instalan cormoranes lile. Una buena idea es llevar binoculares para observarlos.
 
Puede caminar por el muelle (está permitido) o simplemente sentarse en su extremo a admirar este escenario natural. Con un poco de imaginación, los ruidos emitidos por los lobos marinos, el oleaje y la brisa marina quizás evoquen a las almas en espera del Tempilkawe, una más de las tradicionales leyendas chilotas.
==Permisos / Tarifas==
2000. clp
==AlojamientoTarifas== 1500 CLP por persona y 2000 por el aparcamiento.
==Enlaces Externos==
7271
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