Cascada El Encanto
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Descripción General
Una ruta fácil y suave, muy poco concurrida por turistas y casi solo conocida por los lugareños. El sendero es una senda local de pastoreo, que transcurre casi todo por la orilla Oeste del Río Mañihuales, hasta llegar a una bonita cascada que viene de un arroyo afluente.Tras la visita a la cascada es posible regresar al río y avanzar otro corto trecho, para llegar a unas hermosas playas con buenos pozos para el baño.
Casi todo el trayecto se transita por una senda muy bien demarcada, excepto el inicio y el corto tramo de acceso a la cascada; sin embargo en ambos casos la dirección a seguir es fácil y existe poco riesgo de extraviarse. Es posible realizarla en Mountain Bike, pero en los tramos indicados anteriormente, (inicio y final de la ruta), posiblemente deberá cargar la bicicleta por momentos.
Época adecuada
Se puede realizar en cualquier época, Ideal a fines de primavera o comienzo de verano, cuando el caudal de la cascada será mayor.
Acceso
En vehículo propio
Se parte desde Coyahique rumbo Puerto Aysen, ruta pavimentada en regular estado. Tras aproximadamente 50 kilómetros, se encuentra a mano derecha el llamado cruce Viviana, desvío señalizado hacia Villa Mañihuales y Puerto Cisnes, el cual debe tomarse. Siguiendo esta vía, también pavimentada, se avanzan cerca de 40 kilómetros hasta la confluencia con la ruta 7, igualmente proveniente de Coyahique vía Villa Ortega.
Se continúa por el pavimento cerca de 5 kilómetros desde la unión de ambas vías hasta un letrero que señala el acceso a la Pasarela Río Cañón, acceso situado a mano izquierda, al lado de una parada de buses. Tomando este desvío de ripio se puede continuar hasta la mencionada pasarela a la que se llega apenas a cien metros de la carretera principal. Se puede dejar estacionado el vehículo antes de cruzar el puente, o inmediatamente después de él.
En transporte público y autostop
Desde Coyahique salen buses con destino Puerto Cisnes, La Junta o Puyuhuapi, cualquiera de ellos puede tomarse. Descender cinco kilómetros después de el desvío a Villa Ortega, en el sitio donde un cartel indica la Pasarela Río Cañón, desvío a mano izquierda. En solo cien metros se llega al puente, cruzándolo se inicia la caminata.
Descripción de la ruta
Apenas se cruza la pasarela se observa a mano derecha un desvencijado portón pasando el cual se inicia la ruta. Se sigue un pequeño sendero que casi de inmediato llega a un alambrado donde hay un agujero para cruzarlo, continuando la senda al otro lado. Poco después de cien metros desde el inicio se cruza un pequeño curso de agua, cuyo paso no requiere mojarse los pies en condiciones normales.
Pasado el arroyito el sendero tiene un pequeño tramo confuso: debe continuarse paralelo a la orilla del río, bastante cerca de él, buscando el paso más expedito. Siguiendo esta dirección se encontrara alguna de las diferentes sendas de vacas, que finalmente confluyen y van formando un trazado más definido. Al cabo de aproximadamente setecientos metros, ya hay un sendero pequeño pero claro, que asciende alejándose ligeramente de la ribera del río.
Antes de un kilómetro desde el inicio la senda desemboca en una amplia pradera, llegando a una huella mucho más amplia que en algún momento debió ser apta para vehículos de doble tracción, pero que ahora ya está abandonada. Siguiendo la huella se cruza un portón y antes de medio kilómetro se atraviesa un amplio y pedregoso cauce, seco a inicio del verano.
Al otro lado del cauce el sendero ingresa a un pequeño y hermoso tramo de bosque, tras el cual la senda vuelve a acercarse al agua por un corto trecho. Se continúa por un amplio trazado muy claro, entre praderas y parches de bosque, siguiendo el río aguas arriba pero no muy cerca de sus orillas.
Antes de un kilómetro desde el cauce seco, se pasa por un precario refugio de arrieros. En ese punto hay que doblar a la derecha, siguiendo una senda pedregosa que vuelve a acercarse al río, y evitando un sendero bastante demarcado que sube al cerro. Los siguientes quinientos metros transcurren por entre el bosque, siguiendo siempre un trazado bastante bien definido.
Transcurrida esa distancia se inicia un breve ascenso en un tramo donde el río forma unos pequeños rápidos. Antes de otro medio kilómetro se regresa a la orilla del cauce principal donde la senda continúa siguiendo la ribera. En este punto hay varias opciones para llegar a la cascada: la más fácil es seguir la senda por la orilla por casi un kilómetro hasta topar un pedregal que precede el arroyo que viene de ella, una vez allí dejar a la espalda el río y dirigirse rumbo al cerro a campo traviesa. Son seiscientos metros esquivando matorrales, ya bastante antes de llegar se comienza a observar la caída de agua y es fácil buscar la dirección adecuada. La segunda opción es más corta pero bastante más compleja si no se tiene GPS. En este caso se debe dejar la orilla del río poco después de los rápidos y seguir una diagonal que en poco más de medio kilómetro lleva a la cascada. Hay un sendero muy enredado que se pierde fácilmente, de modo que sin GPS esta posibilidad resulta un poco complicada, aunque puede considerarse como opción para el regreso.
Una vez visitada la cascada, (o antes de visitarla si se opta por el retorno rápido alejado del río), hay un corto trayecto de solo medio kilómetro, que lleva a unas excelentes playas con pozones muy adecuados para refrescarse. Para llegar a ellos debe continuarse por el sendero del río cruzando el arroyo, cruce que con caudales normales no requiere mojarse los pies, ya que el curso de agua se divide en varios brazos pequeños. Tras pasar a la otra orilla se busca la continuación de la senda cerca a la ribera del Mañihuales y en unos trescientos metros se desciende a la primera de las playas.
Tiempo Esperado
Alrededor de tres a cuatro horas incluyendo el paseo a las playas del río
Permisos / Tarifas
Esta ruta es gratis y no se requiere permiso |
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Recomendaciones
- Checklist: Aunque sepas perfectamente lo que debes llevar, es preferible chequearlo al empacar. Esta ruta ha sido clasificada como Checklist de equipo tipo 1: ruta de baja altitud, sin acampe, nieve ni frío.
- Dejar los portones tal como se encontraron.