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'''Adaptación y actualización de "Chile Andinista: su historia", de Evelio Echevarría'''.
{{cita|La Cordillera de Chile, que podernos llamar maravilla de la naturaleza, y sin segunda, porque no sé qué haya en el mundo cosa que se le parezca, son unos montes que corren de norte a sur... La hace admirable primero su inmensa altura|Padre Alonso de Ovalle, 1646}}
==Montañismo precolombino==
En 1926, el geólogo alemán Friedrich Ahlfeld ascendió el [[Guallatire]] (6071m), haciendo notar que éste no estaba en la frontera chileno-boliviana, sino íntegramente en Chile. Ahlfeld fundó el Club Andino Boliviano (1939) y participó en 1928 en la famosa expedición a la Cordillera Real de Bolivia, de Hans Pfann y Carl Troll. En Chile ascendió el Cerro Oka (5310m) volcán Ollagüe (5874m) y volcán Irruputuncu (5168m).
Carl Troll, geógrafo, junto a algunos “muleros” realizaron entre febrero y mayo de 1927 las primeras ascensiones del Arintica (5595m) e Isluga (5530m). El registro es asombrosamente parco. Solo lo hizo porque eran parte de su programa científico.
El andinismo alemán en el norte cierra con dos empresas que tenían por objetivo al [[volcán Parinacota]] (6330m). El ingeniero Josef Prem, y un joven arriero boliviano apellidado Terán, lo ascendieron en diciembre de 1928 y constataron ambos que el cráter tenía un broquel de 300 por 200m, con 100 de profundidad. En el punto culminante del cráter, al norte, Prem dejó su tarjeta.
También en 1928, Sebastián Krückel, Albrecht Maas y algunos otros compañeros introdujeron un esquí de ascensión. En Sudamérica, el esquí comenzó hacia 1880, cuando algunos noruegos fueron contratados por el gobierno de Chile para el servicio de correo entre Mendoza y Los Andes. Este cuerpo de esquiadores improvisados cesó en 1910, año en que el nuevo Ferrocarril Trasandino quedó inaugurado. Sin embargo, no había sido utilizado para alcanzar cumbres. Esta cordada los empleó para coronar el [[Cerro San Lorenzo]] (3720m), vecino a San José de Maipo, el 18 de septiembre, en un viaje de cuatro días.
El mismo año, Maass, Krückel y Hermann Sattier acometieron la meta más ambiciosa hasta entonces: el [[Cerro Marmolejo]] (6108m). Contaban ellos con un arriero al cual Krückel nunca ha dejado de alabar, José María Castillo. Rodearon al [[volcán San José]] por el sur, cruzaron un portillo fronterizo y descendieron al lado argentino de la cordillera, hasta enfrentarse al gran glaciar noreste del Marmolejo, cerca del cual emplazaron el campamento alto a 4400m. Debido a la mala calidad de los implementos de camping, en esa época se prefería evitar los horrores de las noches en la alturas, y se acampaba bajo El arriero apuntó con su dedo a la cumbre y dijo “El hombre que suba ahí no nació todavía.”
Partieron a 6 a.m, pero no llegaron ese día a la cumbre. Retardados por los penitentes y las grietas a franquear, vivaquearon a medio camino. Sí alcanzaron la cúspide el día siguiente. Fue el mayor triunfo del club hasta entonces.
Un año después Maas, junto a H. Conrads, un tipo de apellido Wolf y el suizo Otto Pfenninger se anotaron con la primera ascensión del [[cerro Mesón Alto]] (5257m). Y ese mismo 1929, Federico Fickenscher y Wilhelm Klatt, dos amante de la cordillera, que cazaban y ''trekkeaban'', y ocasionalmente escalaban, publicaron su ''Carta de Excursionismo de la Cordillera Central'', escala 1:100.000, basada en los levantamientos de Riso Patrón y Reichert. Las exploraciones realizadas en el Ventisquero Olivares, de Santiago, por el ingeniero Ruperto Bahamonde y el profesor Humberto Barrera, motivaron una segunda versión mejorada de esta carta (1935). Fue el mapa obligado de los andinistas chilenos. Dos años más tarde, Maass alcanzó en solitario la cumbre del [[Cerro San Francisco]] (4345m). La reconoció como “primera ascensión deportiva”, implicando que mineros o indígenas lo habían precedido. Escogiendo cumbres inescaladas, mientras sus contemporáneos repetían ascensos a otras que ya comenzaban a hacerse populares, Maass ascendió en 1932 el [[Cerro Cortaderas]] (5220m), con Brüning, iederer Niederer y el fuerte y experimentado austríaco Erwm H cmErwin Hein.
Para coronar su carrera, Maass fue invitado al [[monte Aconcagua]]. En julio de 1932, la expedición austro-alemana de Philips Borchers había cosechado numerosas cumbres de la hasta entonces casi desconocida [[Huaraz|Cordillera Blanca del Perú]]. Se consiguió así la quinta ascensión, en el temprano mes de noviembre. De Maass, se supo que exploró la base del [[Cerro Mercedario]], y luego no se supo más de él.
Sebastián Krückel tiene a su haber una carrera larga y honrosa. Miembro del Deutscher Ausflug Verein, también emergió del casi anonimato después de la gesta del Marmolejo. Se ejercitó en senderismo, esquí, andinismo, fotografía, estudio de la historia de la alta montaña e historia natural montañesa. En 1931, junto al suizo Pfenniger, ganó la cumbre del [[volcán San José]], el que había sido objeto de repetidos intentos infructuosos, exactamente un siglo después de la tentativa de prusiano Ferdinand von Meyen.
En 1932, el Club Alemán echó los cimientos de su refugio de Lo Valdés, convirtiendo a la zona alta del [[Cajón del Maipo]] en el epicentro de la actividad andina. Si bien en 1933 los socios del D.A.V de Valparaíso Skerra y Weinreich ascendieron por primera vez el [[Cerro Gloria]] (4479m), que se convertiría en el principal objetivo de los porteños, la prioridad pasó al [[valle del Maipo]]. Además, en 1932 Kurt Klemm publicó ''El baqueano del alpinista chileno'', la primera guía de montaña de Chile y Sudamérica, concentrada en la zona central accesible desde Santiago. En Lo Valdés se esquiaba, se caminaba y desde allí partían grupos ocasionales a buscar cumbres. La joya era el [[Cerro Morado]], que por su pared sur fue llamado “el Matterhorn chileno.” En 1934 arribó al país la ''Crociera alle Ande'', del Club Alpino Italiano, quienes ambicionaban embolsarse la primera ascensión del Morado. Antes que ello ocurriera, Krückel y Pfenniger lograron escalarla:
{{cita|Ninguna montaña de la cordillera atrajo tanta competencia, debido a su belleza y a su fácil acceso. Ya en 1926, Eschenburg, Fetzahn y yo ubicamos la ruta de acercamiento y lanzamos el primer intento. Todavía con Albrecht Maas y otros hice tentativas en varias ocasiones. Siempre fuimos rechazados. Para este cerro hubo veinte tentativas antes de fines de 1933
En diciembre de aquel año Otto Pfenniger me persuadió de que deberíamos hacer una última tentativa. Y alcanzamos la cumbre en cinco horas desde el campo alto en Loma Amarilla, sobre la quebrada de Cortaderas. Hicimos progreso rápido debido a que los tramos difíciles nos eran conocidos por las muchas tentativas nuestras. Nos detuvimos ante los últimos 100m que nos quedaban. Habíamos llegado temprano a ese punto, lo mismo que otras cordadas. Pfenniger, de ordinario tan tenaz, tuvo ese día muy malos ratos. Y yo también rae me había anticipado algo así. Primero hubo que descender una parte por el flanco oeste y luego, una travesía peligrosa que ejecutar. En silencio, con preocupación, ocupamos la cumbre, pensando en nuestras esposas y niños en casa. Era el 23 de diciembre.
Los italianos, por desgracia, habrían de ofenderse, ya que les habíamos ganarlo la delantera a ellos y así lo manifestaron amargamente en el órgano del Club Alpino Italiano.|Sebastián Krückel }}
Pero el Cerro del Morado no fue más que uno de los muchos galardones ganados por Krückel. Quiso su mala estrella que no pudiera participar en un último intento, después de varios que él, Pfenniger y Karl Walz hicieron al trapecio de hielo del [[Nevado de los Piuquenes]] (6019m). A la tercera tentativa el nevado cedió ante sus amigos, cuando Krückel ya había regresado a Santiago.
En 1935, con la misma cordada, ascendió el monte innominado de 5750m, vecino al glaciar Juncal Sur. Krikkel lo bautizó [[Cerro Riso Patrón]], en homenaje al distinguido geógrafo por quien sentía gran admiración. En 1937, pero sin Pfenniger, el pequeño grupo ascendió el [[Cerro Pirámide]] (5484m).
Después de 1937 Krückel parece haber abandonado el andinismo de grandes alturas, pero siguió realizando ''trekking'' y travesías de esquí de primavera. Como fotógrafo de montaña, Krückel no tuvo par en su tiempo. Fue el primero en el país que atrajo la atención hacia la flora de altura.
Krückel y Maass, como la mayoría de los andinistas alemanes de su tiempo, vivían y obraban por y para un círculo puramente alemán. No así Hermann Sattler, quien desde su regreso del Marmolejo comenzó a pensar en términos puramente chilenos. En abril de 1933, cuando habían aparecido ya las primeras comunidades de montaña y de deportes de invierno propiamente nacionales, publicó un aviso en El diario ilustrado llamando a la formación del “Club Andino de Chile”, el club más antiguo que sobrevive. Solo respondieron el catalán Francisco Carrasco y el chileno Oscar Santelices. Sattler no era hombre que se desanimara, y con sus dos socios siguió adelante.
Cuando se firmó el acta de fundación se registraron ya 37 nombres en la sección santiaguina. Hacían excursiones dominicales a la cancha de las Velas de San José de Maipo y cerros vecinos. Al año siguiente ya habían resuelto la construcción de un pequeño refugio para 30 personas (ampliado a 90 en 1938) y un poco después construyeron otro en la región de Maitenes, que se denominó Piuquencillos, por su cercanía al [[cerro Piquencillo|cerro homónimo]], con capacidad para 22 personas. En 1939 se creó “La Lola”, una competencia ideada por el socio Humberto Espinoza y que se corría para las fiestas patrias. En 1937 se obtuvo del Departamento de Caminos la iniciación de la carretera desde San José a Lagunillas, construyéndose ese año 6 kilómetros de camino, que posteriormente se prolongó hasta las canchas mismas.
En abril de 1935, el alemán Juan Schuckert, Sattler mismo y otros fundaron una sección en Valparaíso del Club Andino de Chile. Seguirían secciones en Osorno (1935), San Felipe (1937), Los Andes (1937), El Teniente (1937), Cautín (1937), Punta Arenas (1938), Curicó (1938), Los Ángeles (1938), Talca (1940), Los Bronces (20940), Chillán (1940), Antártica Chilena (1947), Puerto Natales (1948) y Puerto Montt (1950).
La numerosa sección de Punta Arenas, era dirigida por Henning Willumsen, hijo de daneses. Willumsen desarrolló el esquí y el patinaje de hielo, y junto a J. Floegel se anotó la primera ascensión de la cumbre más alta del Cordón Barros Arana, de 2200m.
En mayo de 1937 el club creó su Boletín informativo, que en 1941 se transformó en la ''Revista Andina'', con Humberto Barrera como director. En 1945, el Club Andino de Chile absorbió al Club Gaurisankar, que había sorprendido con repeticiones del [[Cerro Morado]] y del Alto de los Leones.
==Las asociaciones==
En los años 30, el nombre del conde Aldo Bonacossa entra tres veces en el presente historial, debido a otras tantas expediciones: 1934, 1937 y 1939.
Bonacossa dirigió la “Crociera alle Ande” de 1934 con el patrocinio del Club Alpino Italiano, poderosa institución representativa del país. Esta ''crociera'' era reflejo del intenso nacionalismo despertado en Europa después de la primera Guerra Mundial. Figuraban en ella alpinistas fuertes y hábiles, entre los cuales descollaba Giusto Gervasutti, uno de los ases del alpinismo europeo de los decenios de ‘30 al ‘50. Los objetivos estaban bien elegidos: cumbres vírgenes, primeramente, como el [[monte Tronador]], en el sur, y los cerros [[cerro Morado|Morado]] y [[cerro Alto los Leones|Alto de los Leones]] (5445m). Para finalizar, el Aconcagua.
La ''crociera'' tuvo un horrendo comienzo. En una tempestad perecieron en el [[monte Tronador]] Matteoda y Durando. La búsqueda y el rescate consumieron mucho tiempo y energía. Luego se dividieron: un grupo operó en Argentina, donde realizó la séptima ascensión del [[Aconcagua]] y la primera del Cerro Cuerno (5486m), en la que participó el arriero chileno Mario Pastén.
{{cita| Me había dicho que tenía gana de subir con nosotros alguna cumbre y como Ghiglione, a quien no le gusta llevar mochila, buscaba un porteador, Pastén se nos agregó, después de habérsele premunido de un par de crampones y una picota, lo que lo dejó muy satisfecho.|Renato Chabod }}
Con el tiempo, Pastén en su rol de arriero se volvería una figura capital en las expediciones al Aconcagua.
El segundo grupo al mando de Bonacossa operó en Chile. Intentaron el Alto de los Leones, que los lugareños apodan “Casco de Bombero”. Los italianos lo consideraban ''como alle pitt piu bella vittoria'' por ganarse en Sudamérica. Reichert lo había descrito así:
{{cita| En forma de paredes lisas e inaccesibles se levanta esta magnífica montaña, dominando como obelisco gigantesco todo el valle Juncal chileno.
Acorazado por todas partes por paredones casi verticales de más de 1100m de altura, el cerro Los Leones, que puede figurar como símbolo de las llanuras chilenas precordilleranas, nunca perderá su virginidad, pues la accesibilidad de su cumbre nos parece quedar fuera del límite de lo posible.| Friedrich Reichert}}
Fracasaron dos veces, pero consiguieron ascender la cima norte del [[Nevado Juncal]] (5925m), en la media oscuridad del crepúsculo.
En el tercer grupo, Gervasutti había formado cordada con Luigi Binaghi, tan fuerte y experto como él. Descubrieron que los alemanes se les habían adelantado.
En un viaje a Lo Valdés habían divisado una “bella y elegante punta de aspecto difícil”. No tenía nombre y se alzaba al sur del [[Cerro Cortaderas]]. En el alto Valle de la Engorda fijaron un campamento a 3800m, desde el cual ascendieron al portezuelo al norte de la punta en cuestión, y desde allí, a la cima de la misma, por roca (4975m). La bautizaron Punta Campione d'Italia por una brigada juvenil fascista. Al regreso, en medio de la oscuridad, tuvieron que suspender el descenso en el portezuelo y pasar una noche inquietante ante el mal tiempo que se anunciaba. Era 23 de marzo y la noche siguiente, ya a salvo, vieron que había caído medio metro de nieve.
De vuelta en Santiago, notaron otra punta directamente al norte del [[Cerro Plomo]], también sin nombre. Binaghi deseaba vivamente ascenderla pues “se le podía imponer un nombre de Italia, un nombre de algo fascista que nos sea común”.
Gervasutti reconoció que fue una de las ascensiones más difíciles de su carrera. Por el valle de la Yerba Loca y con un campamento a 4050m treparon por filos alternando con paredes de roca de dudosa estabilidad. “No son roca, sino una mezcla heterogénea de minerales... ahora puedo darle la razón al que me diga que la picota sirve para la roca”, escribió Binaghi. Las dificultades empezaron a los 4900m
{{cita|Pero la cima está aún muy lejana. Hacia los 5100m una aguja de una treintena de metros se levanta hacia el cielo. La estratificación de la roca no da mucha confianza, pero es la única vía que se ofrece; si no, se debería descender unos 200m y contornear la pared, lo que haría perder mucho tiempo. Giusto ataca; quiere una foto, pero yo estoy muy abajo y no la tomo […] Alcanzamos la punta, desde donde pasamos al filo por una veintena de metros... ahora continuamos algo mejor. A 5200m encontramos un torreón de roca negra. Es menos difícil que los anteriores y lo vencemos con más seguridad. Ante nosotros, un último baluarte y luego llegamos al vértice... Desilusión: la cima está aún más allá. Por una fácil y aplanada cresta llegamos a ella en unos 20 minutos. El aneroide marca un poco más de 5400m y el reloj, las 15:35. Giusto dice “Ahora me siento como león.» Construirnos la pirca tradicional, en la cual introducimos el estuche del C.A.I. con la bandera italiano y un papel con el nombre de la punta: Cerro Littoria|Luigi Binaghi }}
Binaghi escribió un breve análisis comparando las posibilidades que ofrecían las cordilleras de Chile y las de Argentina. Se quedó con Chile “¡... qué mulas y qué arrieros! ¡De primerísima clase! Y esto es bueno pues es Chile el que ofrece el mayor número de metas”.
De los ocho nombres nuevos sobreviven dos. La Punta Campione d'Italia fue recortada a “Punta Italia”, y el [[Cerro Littoria]]. No sabían que el que llamaron Littoria era el Cerro Unión, pero su nuevo nombre terminó por imponerse. El Littoria fue vuelto a subir por Fergadiott y Píderit, pero cruzando desde el [[Cerro El Plomo]]. La “ruta Gervassutti” fue repetida por L. Krahl, S. Kunstmann y E. Meyer recién en 1954.
Bonacossa partió en 1937 a la cabeza de otra expedición de cuatro personas, con sus ambiciones puestas en el Fitzroy de Patagonia, y en el Alto de los Leones, de la región central. Tras tres meses, retornaron con las manos casi vacías. Apenas sobrepasaron la altura donde comienzan las verdaderas dificultades. Solo conquistaron la cima del Cerro Ñato (2809m), del cordón Adela.
La tercera y última expedición de Bonacossa, de 1939, fue junto el doctor Carlo Negri y al porteador alpino Remigio Gerard. Comenzaron por Cerro Negro (4928m, ex Cerro Pedestal), aledaño a la Mina Disputada de las Condes. La minera había ofrecido una recompensa en metálico a los mineros que la ascendieran. Los italianos creían que seguía inescalado, pero en Pérez Caldera averiguaron que una partida de chilenos, entre ellos el glaciólogo Humberto Barrera, había ganado la cumbre en 1938. Siguieron para al menos aclimatar, y alcanzaron la cúspide el 24 de enero de 1939, y se descubrió que un grupo de chilenos había llegado antes. En la carpa de regreso, experimentaron el terremoto de Chillán. Avalanchas de roca y piedras cayeron a cierta distancia de su carpa.
El gran objetivo era el Cerro Tocorpuri, al que las cartas chilenas de 1907 daban 6755m. A su llegada a Calama, Bonacossa quedó sorprendido que nadie supiera nada de semejante montaña. Un cazador de chinchillas que había hecho andado por el caserío de Tocorpuri le dijo que no recordaba tal relieve. Además, se sucedió un temporal tras otro. Llegaron a Machuca y Tocorpuri (4010m y 4475m) y una mirada bastó para comprobar que era un error de imprenta, o del copista que los preparó. Eran 5755mi, no 6755m. ¿Cómo fue posible tal error? El riguroso Luis Riso Patrón había preparado en 1928 un documento para la Sociedad Geográfica Norteamericana en el que afirmaba que el Aconcagua no tenía 7000m, sino 6960 y era seguido por el [[volcán Ojos del Salado]] (6870m), el Nevado de Pissis (6780m), el Huascarán (6773m) y el Tocorpuri (6755m).
Con nieve honda Bonacossa y Gerard ascendieron el Tocorpuri el 19 de febrero y mudaron luego el campo base al otro lado del río Putana, situándolo entre el Cerro Colorado (5742m) y otro de cota 5820m. Esta última fue ascendida por Negri el 21 del mismo mes, mientras los otros dos ganaban la cima de la cota 5840m. El 22 Gerard, solo, ascendió el Colorado y días después, con Bonacossa, el [[volcán Licancabur]].
Ascendieron por la vertiente noreste, fácilmente, con nieve sólo desde los 5300m. Hallaron dos atados de leña de evidente origen antiguo, después restos de plazoletas, probablemente destinadas a ser habitadas por unas pocas personas. En la cumbre surgía de la profunda capa de nieve la parte superior de un amplio reciento de piedra. Los incas debían celebrar en la cumbre el rito de la salida del sol, con alojamientos y sacrificios humanos. Al descenso, al pie de la montaña, se encontraron restos de muchos recintos de piedra. Claramente, campos base para la subida.
La última meta era el [[Volcán Pili]], o Acaramachi, de 6044m. Los indígenas lo llamaban el “caracol de piedra”, por las dos puntas que se levantan a cada extremo del cráter. Demandó una larga marcha, en camión a Toconao y luego en mulas. Bajo repetidos temporales, con una carpa a 5000m, Bonacossa y Gerard llegaron a la cima el 14 de marzo, ascendiendo por
{{cita|rápidas lomas de nieve y roca vidriada, tapadas por las nevazones; cerca caían enormes avalanchas de proporciones mayores que las que se ven en los Alpes. En los días siguientes, después de otra tentativa frustrada por el intenso frío de la mañana, regresamos a Toconao y de ahí a Antofagasta.|Aldo Bonacossa}}
La tentativa frustrada fue al vecino Aguas Calientes (5932m). En 1971, una expedición deportivo-arqueológica del Club Andino de Chile descubrió lo que Bonacossa no pudo haber descubierto por la nieve: restos de altares indígenas en la cumbre del “caracol de piedra”. Lo mismo para el Cerro Colorado. En 1975, Beorchia y compañeros del Club Andino Mercedario hallaron señas indígenas, ocultadas por la nieve para Gerard.
En 1934, Bonacossa logró la séptima ascensión del [[Aconcagua]]. Dejaron la bandera de Italia en la cumbre. Un grupo de polacos, entre ellos Sefan Osiecki, subieron por la actual “ruta polacos”, y la bajaron horas después, para molestia de los italianos.
Sefan Osiecki regresó en 1937 con tres fuertes compañeros: Justyn Wojsznis, Witold Paryski y Jan Szczepanski. Desde el pueblo argentino de Tinogasta partieron con cuatro arrieros y 25 mulas hacia el paso internacional Tres Quebradas. El terreno era
{{cita|un gran desierto circundado por montañas. Lo caracterizan extensos pedregales unidos entre sí por portezuelos los que apenas se destacan, lagos salados, arroyos secos en esta época del año y, en fin, una enorme escasez de vegetación. En este paisaje sombrío y gris se elevan hacia el cielo los blancos nevados que, por contraste, parecen aún más altos. Del conjunto emana una extraña y amenazadora sugestión. Completan esta impresión desconsoladora numerosas osamentas de bueyes y mulares esparcidas a la vera del camino, no pocas tumbas humanas y el viento, que sin cesar castiga nuestros rostros.|Sefan Osiecki }}
En medio de inquietante neblina, a las 16:30 posaron los pies en la cumbre, en la frontera con Chile. Terray explicó en ''Revista Andina'':
{{cita|Considero a esta ascensión comparable a la más difícil de los Alpes, donde existirían sólo dos escaladas de semejante dificultad. Por lo tanto, el Fitzroy debe ser calificado con grado sexto, el máximo, para los alpinistas. Pero a este grado sexto de dificultades deben agregarse todos los problemas patagónicos que no se encuentran en los Alpes, como las inclemencias del tiempo con vientos de 200 kilómetros por hora, constantes lluvias y nevadas y el lejano acceso. El Fitzroy es entonces una de las montañas más difíciles del mundo para escalar.|Lionel Terray}}
En 1952 siete miembros del Club Andino Bariloche acometieron el San Valentín: Otto Meiling e lan Neumeyer, fundadores del club, y D. Bertoncelj, G. Ezquerra, E. Hernández, B. I..,.:ántschnerLantschner, T. Pangerc y C. Sonntag. El 8 de diciembre llegaron al hotel construido en la laguna San Rafael. Establecieron y aprovisionaron campamentos, y a esperar la cooperación del clima. El 18, partieron todos, excepto Hernández, divididos en tres cordadas, cada una por una ruta ligeramente diferente: filo sureste, filo suroeste y otra directa, entre las otras dos. A las 11 de la mañana se reunieron todos en el punto culminante donde los altímetros marcaron 4060m. El regreso costó tanto, por problemas burocráticos, que ya se preparaba una flotilla de tres aviones argentinos para buscarlo.
{{cita|Los nervios se aplacan. Se puede respirar tranquilo. Todo ha terminado bien. El San Valentín no ha exigido tributo. Qué fácil parece ahora luchar contra la grandiosa naturaleza y qué difícil la lucha contra el papeleo de ciertas autoridades!| El informe oficial del Club Andino Bariloche}}
==Los años 50==
En 1950, la Asociación Santiago envió a Jorge Belastino, Luis Alvarado, Carlos y Oscar Alvarez a la provincia de Atacama con la misión de ubicar y en lo posible ascender al [[volcán Ojos del Salado]]. Subieron el [[volcán El Muerto]] (6476m), la más alta primera ascensión de un chileno hasta entonces. El altímetros les marcó XXXXX7000m, y declararon
{{cita|De esta cumbre veíamos otro cerro que al parecer era más alto por lo menos en 200m y que según los conocedores lo llaman “el Nevado”|Expedición de la Asociación Santiago al Ojos del Salado, 1950}}
Asombrosamente, el que llamaban “el Nevado” no era otro que el Ojos del Salado, que constituía la misión principal de su propia expedición.
[[Archivo:Mapa_centro_religioso_Cerro_El_Plomo.jpg|thumb|350px|Mapa del centro religioso. Tomo 27 del Boletín del Museo Nacional de Historia Natural, 1954]]
Para la década de los ’50, los antecedentes de vestigios indígenas en el [[Cerro El Plomo]] eran abundantes. En el verano de 1896, dos miembros del Club Gimnástico Alemán de Valparaíso hollaban por “primera vez” la cima del Cerro Plomo cuando descubrieron a 5000m grandes pircas de piedras o especies de altares, que creyeron construidas por antiguos indígenas. Pero luego hallaron en plena cumbre una lata vacía de conservas, que asignaron a algún minero cateador.
Ahora sabemos que tales cateadores eran en realidad ''huaqueros’’, en busca de oro indígena. Pero era costumbre entonces atribuir tales construcciones y objetos a mineros. El coronel patriota Picarte hablaba a inicios del siglo XIX de mineros que buscaban “un mineral de plata tapado con tierra en un cerro plomo”.
En 1910, el coronel agregado al ejército chileno Hans von Kiesling encontró en la cima del mismo Plomo objetos de plata. Cuatro años después, el ingeniero Ridley Temperley, halló a 5200m, un recinto semicircular de evidente construcción indígena. Este sitio pasó a llamarse “Pirca de Indio,” donde aún se amparan los montañistas en ruta a la cumbre. En 1919 el campesino Guillermo Chacón allí estatuillas de plata. El persistente Chacón llegó en 1921 a la cumbre y desenterró de otras pircas idolitos en forma de guanacos. ''Circa'' 1929 Chacón obtuvo cuatro medallones de oro.
Una tarde de febrero de 1954, dos amigos ascendían el Cerro Plomo cuando se encontraron con un tipo que bajaba, portando en sus espaldas un voluminoso bulto. El hombre daba respuestas evasivas.
{{cita|nos cruzarnos con él en el [[Glosario#A|acarreo]]... Aquí lo interrogamos acerca de lo que había encontrado, a lo que nos respondió que no había encontrado nada. Nuevamente le preguntarnos: “Bueno, ¿y qué lleva dentro del saco?” recibiendo corno única respuesta: “Nada; es comida.” Y aquí terminó la conversación, pues se lanzó acarreo abajo. Sorprendidos Y ahora más intrigados por la actitud de éste hombre continuamos hasta el campamento. Bebimos algo, levantamos el campamento e iniciarnos el regreso. Habíamos salido unos cuantos metros de la morrena cuando nos encontrarnos con un hombre de avanzada edad, que subía a caballo tirando otro animal de silla. Al pasar junto a él, le dije: “Buenas tardes, ¿Va a encontrar a sus amigos? Vienen bien arriba xxxxxaún. ¿Cómo se llaman?” A lo cual me respondió con una sonrisa, “Hasta luego, patrón,” y continuó su marcha. Preocupados por este extraño personaje y sin poder esclarecer nada, tuve que apurar mi cabalgadura pues la noche se acercaba.|Oscar González }}
Al regreso a Santiago ambos deportistas se enteraron que tres hombres, dirigidos por Guillermo Chacón, el mismo que encontrara vestigios 35 años atrás, habían excavado una momia indígena, con un rico, ajuar, y la habían vendido a un museo. El descubrimiento era extraordinario, pues probaba que los alpinistas europeos perdían la primicia en el ascenso de montañas de envergadura, y pasaba a los incas de Chile, Argentina, Perú y Bolivia.
En total, solo diez de tales momias han sido halladas, incluidas la del Plomo y la del [[Cerro del Toro]] (6160m).
Hacia mediados del siglo comenzaron a predominar las campañas destinadas a conseguir varias cumbres. Los hermanos Bión y Osiel González, por ejemplo, escalaron y bautizaron las cumbres ubicadas en las nacientes del río Yeso.
El alemán Eberhard Meier emigró a Chile a los 31 años. Hizo sus primeras salidas con Juan Harseim al [[Capitán del Quempo|Cordón de los Quempos]] y al [[Cerro Placas]] (4672m). En 1944, junto a Foerster, Krahl y Jorge Koester obtuvo la primera ascensión del [[Cerro Alto]] (6148m), y coronó el Nevado Sin Nombre (5933m). El año siguiente, logró junto a Luis Krahl la cara sur del [[Cerro San Francisco]].
Meier ascendió también el argentino La Mesa (6200m), y acumuló una colección de más de seis mil diapositivas de montaña, en especial de flora. El montañismo lo era todo para él, hasta que en un accidente en Los Alpes en 1959 le significó la amputación del pie derecho. En un viaje posterior a la cordillera de Linares, fue asesinado por unos asaltantes mientras yacía, cojo, en su saco de dormir.
Hacia 1955, Krahl abandonó la escalada técnica que lo condujera a la cumbre del Cerro Castillo, para girar hacia la arqueología de alta montaña. Foerster, en cambio, se concentró en sectores alejados, y consiguió un gran número de primeras ascensiones.
Walter Bachmann, se interesó por sectores nunca visitados. Con Krahl ascendió el [[Cerro Freile]]. Con Evelio Echevarría, la segunda ascensión del Palomo y la primera de El Brujo (4720m), en expediciones inusualmente livianas para la época, sin arrieros.
En 1951, ambos hallaron ante un atrevido cordón rocoso al que bautizaron Sierra de los Paredones. Allí ascendieron tres cumbres, entre ellas la magnífica cúpula de hielos de El Serrucho (o Pico de los Paredones, de 4770m).
En cuanto a los porteños, José Ortiz y otros ascendieron cimas en las inmediaciones del paso internacional de Pedro-Pablo, al norte del [[monte Aconcagua]]. Humberto Escobar Zamora y L. Forno ganaron en 1948 la cumbre del [[Parva del Inca]] (4792m), el picacho más audaz del valle del río Aconcagua.
Manuel Bazán cubrió en detalle la región del sistema glaciar Olivares-Juncal Sur; sus ascensiones más notables fueron la del Cerro Picarte (5060m) y Nevado de Sierra Blanca (4997m) y sobre todo, del abrupto Juncal Chico (5617m). Además se anotó con el Cerro Polleritas (5461m), entre varias otras. Bazán era además gran fotógrafo de alta montaña, en ocasiones desobedeciendo la vieja máxima fotográfica de “deje el sol a sus espaldas”.
En mayo de 1952 la Asociación Santiago realizó el Primer Congreso Nacional de Montaña, en el que se estudió preferentemente una nueva reglamentación para la Federación, separando a través de dos vicepresidencias las ramas Andinismo y Esquí, con la esperanza de superar los problemas.
Pese a ello, muchos seguían abogando por el cisma. Un grupo mayoritario de los andinistas procuró evitar la separación, para no debilitar la organización. Sin embargo, los esquiadores representando a los Clubes Andino de Chile, Universidad Católica, Nevada, Ski Club Chile y Ski Club Portillo, mantuvieron su posición. La separación se materializó en la Asamblea del 23 de Marzo de 1953.
La Asociación Santiago aprobó su nuevo Estatuto y Reglamentos y obtuvo personalidad jurídica en mayo de 1954. Dio una organización estructural al Cuerpo de Socorro Andino que hasta entonces funcionaba en base a patrullas improvisadas ante emergencias, e incentivó la actividad deportiva de sus clubes, que experimentó un notable aumento.
La separación de Asociaciones en Santiago repercutió muy pronto en la Federación. En 1954, los esquiadores también exigieron la separación. Esto se consiguió en la Asamblea del 31 de mayo de ese año. Se acordó designar dos Directorios paralelos que funcionarían durante un año bajo el alero de la Federación de Ski y Andinismo, a fin de organizarse y dar cumplimiento a los requisitos para pertenecer al Consejo Nacional de Deportes. La Asociación Valparaíso y la mayoría de los clubes andinos de Santiago intentaron dejar la decisión sin efecto, pero los clubes de esquí no aceptaron volver atrás.
La nueva Federación de Andinismo nació muy débil, pues sólo contaba con las Asociaciones de Santiago y Valparaíso, las que reunían 22 y 10 clubes respectivamente. Se requería que permaneciera la Asociación Chillán, para proveer el mínimo de tres Asociaciones que se requerían para pertenecer al Consejo Nacional de Deportes. Esa decisión fue tomada por el sector esquí, para no perjudicar al Andinismo.
Para cumplir con los requisitos exigidos por el Consejo Nacional de Deportes, cuyos Estatutos exigen la afiliación internacional, se ingresó en 1955 a la Unión Internacional de Asociaciones de Alpinismo (UIAA), con sede en Ginebra.
La Federación obtuvo su personalidad jurídica en abril de 1957. Organizó actividades de alta montaña en conjunto con montañistas británicos, japoneses, alemanes y norteamericanos e incentivó la actividad de los clubes, los cuales realizaron importantes acciones en los campos de hielo, Perú, Bolivia y Argentina. Realizó importaciones de equipos, sorteando las dificultades de las restricciones de la época. Creó el Anuario de Montaña que publicó su primer número en 1956 y aprobó su reglamentación interna.
A objeto de dar mayor estabilidad a sus clubes, la Asociación Santiago arrendó en 1957 una casa en Moneda 821 y un piso en Compañía 1249. Los clubes pagaban arriendo y gastos comunes, y podían tener ahí su sede.
Hacia 1961, la Federación, sumando las Asociaciones de Valparaíso, Río Blanco, Santiago, Universitaria y O'Higgins, agrupaba a 31 clubes con 3.209 socios.
==Federación==
En el país se aceptó sin mayores resquemores la autoridad de la Federación de Andinismo de Chile AÑO FUNDACIÓN, fundada en 1942, lo que no es para nada universal en otros países. La Federación contó casi desde el comienzo con fondos gubernamentales, lo que tampoco era común. Los clubes se consolidaron, y pudieron prosperar aún sin la participación de esquiadores.
En febrero de 1961, Juan Tangol, César Vásquez y Jorge Palacios acometieron la pared sur del [[Cerro Morado]].
Gastón Muga dirigió en febrero de 1969 un cerro llamado Monval, de 6060m, situado al noroeste del primero Ojos del Salado. Acompañado por Julián Bilbao, Arnaldo González y Hugo Zúñiga, del Club de Montaña de Valparaíso. Muga guió otro grupo en febrero de 1971, para triunfar en primeros ascensos del [[cerro Laguna Verde]] (5830m) y del [[cerro Mulas Muertas]] (5880m), mientras otra cordada de H. Gómez, A. Guerrero y F. Pizarro realizaba la también primera del Cerro Flamenco y segunda del [[volcán Peñas Blanca]], ambos de 6020m (11 y 12 de febrero). En 1973, Muga se dirigió al [[Nevado Tres Cruces]]. Informó que
{{cita|Tres cumbres del gran macizo fueron escaladas por cordadas autónomas: la cima máxima en el extremo S, de 6330m por Gastón Muga y Patricio Cortés en primera ascensión; la cumbre superior N con 6300 in con Kurt Claussen, Julián Bilbao y Hans Une Grosse, y la torre principal del macizo de 6350m con la cordada Muga, Cortés y Grosse también en primera ascensión.
El escalador Cortés nos cuenta que la ascensión a la cumbre central demandó enormes dificultades en el hielo y los últimos 100m tienen una inclinación impresionante; además, en la cumbre tuvieron tormenta con fuerte viento sin visibilidad para el descenso.
[…] ésta es la tercera expedición organizada en Valparaíso a esa zona y que ya han cubierto 22 cumbres superiores a 5800m, en la mayoría en primeras ascensiones.|Gastón Muga}}
El 31 de julio de 1970, César Vásquez murió al estrellarse su helicóptero contra el [[Cerro Mesón Alto]], durante una misión de nivometría de la Dirección de Riego. Dos años después, en la Pared Sur del Arenas perdiero la vida tres socios del Club Mañke, Gregorio González, C; Rodríguez y P. Soto, que cayeron encordados del tramo superior.
Jorge Quinteros, E. Surhoff y M. Parrines dejaron atrás a la crónica roja, abriendo el 23 de diciembre de 1974 una difícil ruta a través de la Pared Sur del Cerro San Emeterio o Barros Negros (4400m).
Gastón Oyarzún y Claudio Gálvez abrieron la arista sur del [[Cerro Retumbadero]] en noviembre de 1975. Ese mismo año, intentaron la pared sur del [[Monte Aconcagua]]. El verano de 1977, acompañados por I. Vigoroux, se consiguió, a través del itinerario argentino.
{{cita|25 de febrero. Hemos pasado la peor noche. Separados y prácticamente colgados. El día es muy helado y los movimientos son lentos y fatigosos. Se hace notar la altura y el cansancio acumulado. Por la tarde y cuando ya empezamos a pensar en un quinto vivac en la pared, empieza a declinar la pendiente para terminar en el pilar este del Aconcagua. Son las 20:30 horas, la Pared Sur está vencida.|Gastón Oyarzún}}
Cuarenta años después del primer ascenso al Alto de los Leones, Gino Casassa y Alejandro Izquierdo, del Club Alpino Italiano, consiguieron su más difícil Pared Suroeste:
{{cita| Habíamos traído un solo par de crampones y ningún piolet, y cruzando la enorme pendiente de hielo nos dimos cuenta del enorme error cometido. Como consecuencia debimos ir muy lento, asegurándonos mutuamente. El primer paredón de roca era de diez metros, y debimos poner tres clavos. Luego seguimos escalando alternadamente roca-hielo, siempre avanzando de a uno y asegurando al compañero. Finalmente a los 5200m nos topamos con el que había de ser el último paredón. Entretanto se había cubierto con una especie neblina y empezaba a nevar. Buscamos una pasada por la derecha y por la izquierda en forma infructuosa; por todas partes ofrecía defensas formidables. Nos decidimos a atacarlo un poco a la derecha del filo noroeste. Justo debajo había un espléndido lugar para vivaquear: una cueva en la roca. Los primeros seis metros eran [[Glosario#e|extraplomados]] y para colmo la roca era pésima. En este tramo debimos poner unos diez clavos que entraban escasos centímetros, y emplear escalada artificial, esforzándonos al máximo. Luego seguía una difícil y expuesta escalada libre con [[Glosario#v|verglas]], con una pasada en artificial. En total fueron cuarenta metros de escalada extrema. En unas dos horas y medía lo superamos y tras unos [[Glosario#a|acarreos]] y una canaleta corta llegamos a la cumbre. Eran las cuatro de la tarde y el tiempo se había estropeado totalmente.|Gino Casassa}}
Casassa, Izquierdo, D. Delgado y G. Marccio abordaron en noviembre de 1980 los trescientos cincuenta metros de la pared norte del Punta Zanzi. Llamaron a la ruta “Concierto para Bongs”:
*1979: [[Nevado de Putre]], 5815m: excursión oficial de la Federación, bajo Jaime Roca al altiplano de Arica. Posible primera ascensión posterior a las prehispánicas.
En 1980, el estadounidense Johan Reinhard inició en el [[Licancabur]] sus prolíficas actividades arqueológicas. Más tarde, buceó en la lagunilla de su cráter, récord de buceo de altitud hasta que fue superado por lo hecho en el [[volcán Pili]]. También en 1980, ascendió el Paniri (5946m), Miscanti (5622m), Chiliques (5778m) y Lejía (5793m). Concluyó que las montañas que son adoradas hoy como símbolos del agua, son también las que presentan ruinas.
En la cumbre del Tata Jachura (5225m), halló un muro de contención de 5m de altura. Subió el Huanapa (5365m) y pasó solo la frontera con Bolivia para llegar a la cumbre del Cabaray (5860m), que encontró cubierta de nieve.
Reinhard intentó hallar el famoso guanaco del [[monte Aconcagua]], pero un temporal lo obligó a retirarse sin éxito.
En 1976, varios andinistas argentinos dirigidos por Beorchia, coaligados a socios del Club Alpino Italiano, efectuaron la primera ascensión de un pico de 6041m desconocido en la geografía fronteriza, el Cerro Toro Norte.
El descubrimiento del Toro AÑO en 1964 tuvo visos dramáticos. Dos montañistas marchaban por la última plataforma cuando divisaron un objeto blanco que emergía del piso somital. El descubridor era Antonio Beorchia, de San Juan, el más dedicado investigador y cronista de la arqueología de alta montaña. Así refiere Beorchia su hallazgo: {{cita|[[Archivo:Momia_inca_cerro_el_toro.jpg|thumb|Antonio Beorchia sostiene a la momia instantes después de encontrarla en la precumbre. Fotografía: Erico Groch]] Fue de manera casual porque creíamos que el Cerro El Toro, que en realidad es un nevado no un cerro, era virgen. Aunque, todo hay que decirlo, Don Erico ya tenía, como dicen los italianos, una ''infarinatura'', es decir que sabía o intuía que algo podía haber porque él había estado allí un año antes con Juan Schobinger, el primer arqueólogo profesional de alta montaña [...] Sentí el místico recogimiento de quien entra en una iglesia, apercibí alrededor la misma paz; tuve deseos de rezar, y despacio murmuré: “Dios... Señor.” Y supe, antes de verlo, que él estaba allí. Avanzamos 50 pasos más y vimos al borde de un pequeño lomo, una pirca rectangular. Su lado norte, de algunos metros de largo y de tal vez 40 50 centímetros de alto, se destacaba neto contra el cielo. “¡Sabía que aquí hallaríamos algo!”, exclamó Groch, y apurando el paso se adelantó un poco... y se paró al lado de un círculo formado por nueve gruesas piedras, en cuyo centro se destacaba una cosa blanca... “Parece una calavera dijo Groch — prueba levantarla.” Con ambas manos tiré del objeto blanco, pero éste permanecía firmemente pegado al suelo. Puse entonces las dos máquinas fotográficas que llevaba a un costado y removí las piedras del círculo, dejando visibles los hombros y dos rodillas que asomaban a ras del suelo. “¡Mire!, huesos...” Me tiré de bruces para ver de cerca la calavera, y he aquí, a 30 centímetros, la cara de un indígena que me miraba con expresión dulce. Una tremenda sacudida me estremeció... ¿Dónde había yo visto antes esa cara? me resultaba vagamente familiar y sin embargo nunca había estado allí antes. Quise hablar y no pude. Al fin lloré. “¿Qué hay?” preguntó Groch, impaciente. ¡Un indígena!, dije al fin.| Antonio Beorchia}}
El 23 de septiembre de 1976, Alejo Contreras, Alejandro Izquierdo y F. Bobillier hicieron la primera del Piedra Parada (5920m). Contreras e Izquierdo hicieron también la primera al Glaciar Suroeste del [[Cerro El Plomo]].
==Patagonia vertical==
Guido Monzino conquistó la Torre Norte del Paine (2250m) y la cúpula de extraña glaciación del Cerro del Paine en enero de 1958. Las autoridades tomaron la extraña decisión de reservar la montaña para su grupo, impidiendo el paso de una expedición argentina.
Al mismo tiempo que Monzino Walter Bonatti, Carlo Mauri y Cesare Maestri, junto a varios argentinos, intentaban el prodigioso Cerro Torre (3020m).
En el transcurso de ambas expediciones, se ascendió la cumbre del Cerro Moreno (3554m3249m) del Cordón Mariano Moreno, se atravesó el Cordón Adela y se escaló el Cerro Grande, 2808m. Sin embargo, ambos grupos fueron rechazados por el Torre.
Maestri volvió al año después y con el austríaco Toni Egger. Maestri afirmó haber alcanzado la “sobrehumana conquista del Cerro Torre”. Egger, falleció en el descenso, con la máquina fotográfica. La veracidad de la conquista quedó en entredicho. En 1970, Maestri volvió con un compresor de 200 kilogramos para insertar clavos en la pared, y aun así fracasó. Británicos, norteamericanos, japoneses, españoles, argentinos y suizos fracasaron en la increíble montaña. Cada derrota exacerbaba la polémica. En enero de 1974 las “arañas” de la expedición Ferrari lograron al fin vencer su pared oeste.
En enero de 1963, una expedición británica y otra italiana se establecieron en la base de las torres del Paine, ambas compitiendo por las torres Sur (2500m) y Central (2450m). Chris Bonnington y Don Whillans, del Reino Unido, vencieron primero en la Central con un claveteo constante. Para demorar a los italianos, el último de la cuerda retiraba los clavos. En el descenso, se cruzaron con sus competidores, quienes llegaron a la cumbre al día siguiente.
La ''Spedizione Tierra del Fuego 1966'' dirigida por Casimiro Ferrari contaba con los expertos O. Alippi, G. Machetto, O. Pirovano, C. Giudici y sobretodo Carlo Mauri. En el campo base en Bahía Encanto, los temporales y el viento “podían pulverizar el agua” según Mauri. El 6 de febrero comenzaron la escalada en tres cordadas y turnándose en los muros. Con ''provata técnica del sesto grado'', lograron aferrarse al filo sur, que era la clave de la ascensión. De él escribió Mauri:
{{cita|Esta difícil y peligrosa travesía será la clave del triunfo. Bajo nosotros, un salto de 1500m. Afortunadamente todo lo expuesto de este pasaje lo ocultaba la niebla que llenaba el vacío.
La nieve del filo es inconsistente y frágil. Nos movemos uno a uno con cuidado. El fuerte viento no permite sentarse. Ferrari y Citad Giudici ya están en la cima y después todos gozamos de esa inmensa alegría... nos abrazamos... fijarnos las banderas de Italia y de Chile en una picota y por turno levantamos este símbolo de la victoria.
La cima del Buckland es estrecha, y siendo toda de hielo puede caer, deslizarse hacia abajo. No nos permitimos descanso. Las únicas distracciones, conociendo la importancia de los documentos, son la toma de fotos y de una película […] serán los únicos recuerdos visibles que representarán toda la emoción de la escalada, para después […] cuando tengamos que recluirnos en casa por el resto de la vida.| Carlo Mauri }}
En 1979, un yate de alpinistas escoceses ancló en el Seno Hyatt, del Fiordo De Agostini. Penetraron los glaciares hacia el noreste hasta llegar a un paso de 1000m sobre el Seno Brooks. Siete cumbres entre 1200 y casi 2000m de la cuenca del Hyatt y otra al sur del mismo fueron ascendidas. Otro grupo inglés bajo J. Earle escaló desde la Bahía Yendegaia.
En diciembre de 1963, el aviador naval Hernán Pacheco alcanzó el polo sur. Lo mismo el geólogo y vulcanólogo andinista Oscar González Ferrón, del Club Andino de Chile en 1968. Ambos como huéspedes de misiones estadounidenses. González Ferrón ascendió varios volcanes sin nombres, y la Academia de Ciencias de Washington, institución huésped, designó a uno de estos picos Monte González Ferrón (3020m).
La Península Antártica fue cruzada en su ancha base primeramente por un trío militar, al mando del comandante Sergio López. El viaje de unos 800 kms. ida y vuelta, se hizo en agosto 1961, invierno. En noviembre de 1972 la península fue nuevamente atravesada por Ceodomir Marangunic, quien dirigía un grupo de geólogos.
Claudio Lucero, ascendió un picacho de la isla Livingstone, del grupo de las Shetlands.
La mayor empresa chilena fue la de 1982. Con el auspicio del Instituto Antártico de Chile, en enero y febrero, participaron G. Cassasa, E. García, D. Delgado, J. Quinteros, E irozF Quiroz, A. Izquierdo, Andrés y Ceodomir Marangunic, P. Toro y A. Velásquez. Tomaron parte también científicos alemanes invitados. En la isla Amberes se ascendieron el monte Francés (2822 y 2630m), Egregio (1300m) y Williams (2000m), por dos rutas diversas. Las dos últimas montañas, sin ascensión previa. En la isla Adelaida, un destacamento de la FACH operó entre el invierno y diciembre de 1983; contaba con la compañía de tres miembros del Cuerpo de Socorro Andino, quienes exploraron la isla y ascendieron el Monte Mirador de Adelaida (850m, M. Casas, J. Sáez y J. Toledo). Cuatro días después, los dos últimos y el militar P. Iturriera llegaron a la cima del Monte Loma Blanca (92m920m). Fue ascendido también por el difícil filo norte por Casas y Sáez.
En 1984 Alejo Contreras, con una expedición que se originó en Canadá, aterrizó cerca de la base del Cordón Centinela. Contreras, con ocho turistas alcanzó la cima del Monte Vinson (4897m), el más alto de la Antártica.
El monte Vinson ha adquirido súbita importancia. Se le codicia y fue comercializado debido a que, por ser el vértice del sexto continente, se convirtió en meta obligada para quienes buscan coleccionar las de todos los seis que forman el planeta. Contreras volvió a escalar tal cima con un grupo internacional el 2 de diciembre del siguiente año. Las suyas fueron las ascensiones séptima y doce, de las catorce que se registraron hasta fines de 1986."
Las Rocallosas del Canadá recibieron numerosas visitas de Evelio Echevarría en 1973. Claudio Lucero fue instructor en Ciudad de México y acumuló más de 30 ascensiones a los grandes volcanes mexicanos y centroamericanos. El McKinley de Alaska fue coronado primero en 1982 por Roca.
Luis Bussenius subió varios picachos rocosos del Brasil. Nelly Chávez y familia destacó en los Andes venezolanos.
Percy Dauelberg vivió en La Paz por muchos años, y se convirtió en el más activo miembro del Club Andino Boliviano. Logró la primera ascensión del Nevado Illimani (6402m) en 1952. Ascendió también el [[Huayna Potosí]] (6088m) en 1952; Mururata (5879m) 1951; Chicani, 5435m en 1950; Coronado, 5350m (P ase1° ascensión), 1950. Junto a Carl Wlack, logró el primer ascenso del León Jihuaña (5744m) en 1952.
En 1953, Evelio Echevarría, del Club Andino de Chile, Dauelsberg y tres socios del Club Andino Boliviano completaron la tercera ascensión del Nevado Mamailloca (5522m). Ambos chilenos y el boliviano Rodolfo Gutiérrez llevaron a cabo la primera del Cutieucho o Hichuloma (5100m). En el descenso, por trágico descuido, pereció el boliviano. En 1954, Dauelsberg realizó la primera del Pico Centinela (5100m), junto con varios bolivianos.
En 1971, el mayor de ejército Arturo Aranda fue invitado por Guido Monzino como segundo jefe de la expedición al Polo Norte. La exploración se inició el en noviembre con muy poca luz invernal y temperaturas de hasta -60°. Fueron 3000 kms de ida y regreso, en medio de muchas dificultades logísticas.
En julio de 1978 y en Perú, Gino Casassa y Alejandro Izquierdo intentaron el complejísimo Yerupajá, para luego coronar la pared este del Rasac (6040m) junto a 3J. Lindsay y M. Riesco. El invierno siguiente, consiguieron la ruta francesa del Huandoy (6395m) en estilo alpino. En marzo de 1980, Casassa y Walter Bertsh escalaron en primera la Pared Sur del [[Cerro Altar]].
==Chile en el Himalaya==
El andinista chileno Roberto Busquets participó en la expedición argentina de 1954 dirigida a coronar el entonces inescalado Dhaulagiri de 8167m. Dos años antes, Busquets había ganado la primera edición del mejor deportista, rama montañismo, entregado por el el Círculo de Cronistas Deportivos. Busquets trabajó hasta los 7200m del campo seis, siguiendo la "Ruta de la Pera" en la faz oeste de la montaña. Se llegó a cerca de 8000m, producto del clima. El líder, Francisco Ibáñez, falleció de regreso en Katmandú, producto de las congelaciones. En 1972-3, los militares Arturo Aranda y Baltazar Catalán participaron en la gigantesca expedición italiana de Guido Monzino al Everest, aún no escalado por los italianos. Aranda y Monzino habían incursionado juntos en la Patagonia chilena, recorrido 1500 kilómetros durante la travesía de Groenlandia en el invierno polar de 1971 y alcanzando el Polo Norte. En noviembre de 1972, diez aviones Hércules aterrizaron en Katmandú con 37 montañistas y 160 toneladas de vituallas. La caravana de acercamiento empleó 70 sherpas y dos mil porteadores, 500 yaks, y varios helicópteros. Aranda y Catalán, los primeros en ocupar el campo de 7000m para intentar la cima, recibieron de Monzino la inesperada orden de descender al campo base, ante lo cual abandonaron la expedición. Desde un campamento a asombrosos 8500m ocho hombres lograron la cima el 5 y el 7 de mayo.
La expedición "Chile 1979" al Gasherbum de 8035m estaba formada por J. Bassa, C. Gálvez, R. Lamilla, C. Lucero, N. Muñoz, G. Oyarzún, J. Quinteros, I. Vigoroux y H. Zúñiga, quienes se empeñarían en la ruta austríaca de 1956. Con 130 porteadores llegaron a comienzos de mayo al glaciar Abruzzi para instalar el campamento base. El 8 de junio cuatro hombres salieron hacia la cima desde el campo 6 a 7200m. A los 7600m improvisaron un duro vivac:
{{cita|Los cuatro estamos muy agotados. Casi no hemos comido en las últimas 30 horas, y sólo hemos tomado unos sorbos de líquido. Sacamos cuenta de lo que falta. Sólo 400m, pero en estas condiciones y a esta hora jamás llegaremos. Hay que tomar una decisión. No tenernos equipo de vivac, ni sacos, ni anafe para fundir nieve y obtener agua, pero tampoco hay tiempo para un nuevo intento. Será ahora o no será jamás.| }}
Al siguiente amanecer prosiguieron. Pronto abandonan Vigoroux y Lamilla. Oyarzún y Lucero, no cejan:
{{cita|Teníamos puesto en la mente que había que llegar arriba; en ese momento recordábamos todo el tremendo trabajo de planificación y todo lo que había costado llegar hasta allí y no podíamos perder todo este esfuerzo. No podíamos desistir: había una cosa mucho más fuerte que nos impulsaba.| }}
A las 18:00, de acuerdo a su testimonio, conquistaron la cima del Gasherbrum II.
{{cita|Rampas de nieve dura volada, acornisadas, se recortan contra el cielo, antecumbres de la montaña que ahora disminuye su pendiente. Ningún picacho adyacente supera la visión perpleja desde este lugar. Oleadas de emoción se hunden en una inmensa serenidad y alivio, Aminoro el paso en un inútil afán de congelar el momento.|Mauricio Purto}}
Al encontrarse en la cima, Cristián García-Huidobro de la UC insultó a Purto (se desconocen los motivos), ante testigos extranjeros que miraban perplejos. Purto, quien hace años había sido marginado de la rama de montaña de la UC por entredichos con Lucero y Jordán, le respondió “¡Despierta, hombre! ¡Estás en un santuario!”, pero la gresca continuó. Montes llegó más tarde, sin uso de oxígeno suplementario durante el día de cumbre. Luchsinger y Valle, sin valerse en ningún momento de oxígeno, soportaron casi sesenta horas de espera en el Collado Sur, y aun así lograron llegar respectivamente a 8700m y 8600m.
Ese mismo 1992, la FEACH organizó una expedición al Broad Peak (8047m), formada por D. Alían)Alfaro, el jefe C. Gálvez, M. Moreno, M. Quiroz y S. Zárate. Tras una espera obligada de sus equipos en Rawalpindi, llegaron tardíamente al campo base y lograron 7400m.
El 15 de septiembre de 1993, Purto y Valle subieron la Pirámide Carstensz, punto más alto de Oceanía. Purto se convirtió en el primer latinoamericano y el más joven de los diez hombres que en ese momento habían ascendido las “siete cimas”.
El 13 de agosto, de 1996 tras un agobiante trabajo de once hombres por más de tres meses Cristián García-Huidobro consiguió la cima del peligroso K2 (8611m), en el marco de una expedición de la UC por la ruta sur-sureste, o vasca, con solo dos ascensos previos. Después, arribaron Miguel Purcell (34) años, Waldo Farías (25), y Misael Alvial (34), en ese orden.