Diferencia entre revisiones de «Mirador de La Condorera»
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+ | En el tramo inicial del sendero abundan las señales, los letreros indicando los nombres de las especies vegetales y los paneles informativos. Se avanza por una senda muy bien demarcada que asciende suavemente en los primeros trescientos metros, para luego aumentar la pendiente por un corto trecho donde hay escaleras y pasarelas que facilitan el avance. | ||
+ | Terminado el tramo empinado vienen tres bifurcaciones sucesivas, todas perfectamente señalizadas. En la primera de ellas se ignora un pequeño desvío a la izquierda, continuando por la senda principal a mano derecha; en la siguiente bifurcación se toma a la izquierda, pues a la derecha sale otro sendero hacia La Piedra Pintada; pocos metros después se debe ignorar una amplia senda a la izquierda, continuando por la principal hacia el frente. | ||
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+ | La ruta continúa ascendiendo por el bosque durante cuatrocientos metros más, pasados los cuales viene un breve descenso hasta llegar a un portón de alambre. Cruzando el portón se va reiniciando la subida; en este tramo el sendero es siempre muy claro y abundan las señales en piedras y árboles. | ||
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+ | Tras setecientos metros de avance se llega a una bifurcación sin señalización: cualquiera de los dos ramales es válido. La senda sigue subiendo por entre un bosque donde predominan los Cipreses y algunos pinos esporádicos. Antes de un kilómetro desde la bifurcación, la pendiente comienza a disminuir, poco antes de cruzar un pequeño estero: la única fuente de agua de la ruta. El estero se pasa por un cómodo puente de palos, posiblemente innecesario en épocas secas. | ||
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+ | Al otro lado del puente el sendero prosigue el ascenso por un amplio corredor. Poco a poco el bosque va disminuyendo y las señales desaparecen casi por completo, sin embargo la ruta sigue estando perfectamente demarcada y no hay bifurcaciones que den lugar a dudas. Se pasa cerca a algunas salientes rocosas que forman miradores para obtener las primeras visiones del lago Epuyen. | ||
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+ | Finalmente se sale por completo de la protección de los árboles y todo el trayecto se convierte en una serie de magníficas panorámicas del lago y su entorno; mientras a la izquierda se observa una alta cumbre rocosa que constituye La Condorera. Se avanza más de un kilómetro de faldeo en ascenso por una senda pedregosa rodeada de vegetación arbustiva, hasta llegar a un letrero que indica la dirección del final de la ruta. . | ||
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+ | Desde el letrero son doscientos metros de suave descenso hasta alcanzar una prominencia rocosa que constituye el sitio asignado como mirador. Además de las excelentes panorámicas del lago y los cerros que lo rodean, el mirador tiene una peculiaridad: una cómoda banca orientada hacia el peñasco dónde anidan los cóndores. Es posible sentarse confortablemente, con la cabeza reclinada hacia atrás, e incluso los pies arriba, para dedicar un buen rato a la contemplación de las grandes aves que frecuentemente sobrevuelan sus nidos. | ||
===Tiempo Esperado=== | ===Tiempo Esperado=== | ||
+ | Unas tres a cuatro horas ida y regreso | ||
==Permisos / Tarifas== | ==Permisos / Tarifas== |
Revisión del 10:22 13 dic 2022
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Descripción General
Una ruta corta de mediana exigencia, ascendiendo el cerro que flanquea el Lago Epuyen por su margen Este. Se llega a un magnífico mirador cerca del peñasco que forma la cumbre, a la cual se pide no intentar subir dado que hace literalmente honor a su nombre: La Condorera. Es el sitio de anidación de los cóndores que sobrevuelan la zona.
El sendero es bastante claro durante todo el recorrido, con una señalización prolifera en su tramo inicial que es el único que puede prestarse a confusión. Una buena parte del trayecto se avanza bajo el bosque, intercalando especies introducidas como el pino, con otras nativas entre las que destaca el ciprés. Las panorámicas del lago y el entorno son fantásticas, y la probabilidad de observar cóndores es muy alta.
La ruta puede combinarse con Bahía Las Percas, el otro sendero largo del Parque Municipal Puerto Bonito.
Época adecuada
Se puede realizar en cualquier época
Acceso
En vehículo propio
Desde El Bolsón se toma rumbo sur la ruta 40, vía pavimentada en buen estado. Se avanzan algo más de 40 kilómetros hasta el primer ingreso a Epuyen, (reconocible por el Restaurante El Balcón), avanzando por él dos kilómetros de ripio en buen estado hasta cruzar el puente sobre el Río Minas. Un par de cuadras más adelante se intercepta una vía pavimentada en la que debe doblarse a mano derecha en dirección al lago, cruce señalizado.
Se avanza siempre por el pavimento en regular estado, durante algo más de tres kilómetros hasta llegar a una bifurcación donde debe seguirse el ramal de la izquierda, tomando siempre la vía principal. En menos de un kilómetro se llega a la entrada del Parque Municipal Puerto Bonito, donde se cobra el ingreso de vehículos.
Tras entrar al Parque termina el pavimento, avanzando cerca de un kilómetro más por ripio en buen estado. Al acercarse al Lago debe buscarse cualquiera de los sitios indicados para estacionar y dirigirse hacia el cerro Al lado de la casa donde se ubican los baños, se encuentra el letrero de ingreso a la ruta.
En transporte público y autostop
Existen buses que llegan desde El Bolsón al comienzo del Parque Puerto Bonito. Para horarios y tarifas consultar la Oficina de Turismo, (+54 2945 499375/499367 ), ya que suele haber cambios según la temporada. Una vez en el Parque se debe caminar cerca de un kilómetro hasta las inmediaciones del lago, allí, pasada la casa de los baños públicos, se debe buscar, pegado al cerro, el inicio del sendero perfectamente señalizado.
Descripción de la ruta
En el tramo inicial del sendero abundan las señales, los letreros indicando los nombres de las especies vegetales y los paneles informativos. Se avanza por una senda muy bien demarcada que asciende suavemente en los primeros trescientos metros, para luego aumentar la pendiente por un corto trecho donde hay escaleras y pasarelas que facilitan el avance.
Terminado el tramo empinado vienen tres bifurcaciones sucesivas, todas perfectamente señalizadas. En la primera de ellas se ignora un pequeño desvío a la izquierda, continuando por la senda principal a mano derecha; en la siguiente bifurcación se toma a la izquierda, pues a la derecha sale otro sendero hacia La Piedra Pintada; pocos metros después se debe ignorar una amplia senda a la izquierda, continuando por la principal hacia el frente.
La ruta continúa ascendiendo por el bosque durante cuatrocientos metros más, pasados los cuales viene un breve descenso hasta llegar a un portón de alambre. Cruzando el portón se va reiniciando la subida; en este tramo el sendero es siempre muy claro y abundan las señales en piedras y árboles.
Tras setecientos metros de avance se llega a una bifurcación sin señalización: cualquiera de los dos ramales es válido. La senda sigue subiendo por entre un bosque donde predominan los Cipreses y algunos pinos esporádicos. Antes de un kilómetro desde la bifurcación, la pendiente comienza a disminuir, poco antes de cruzar un pequeño estero: la única fuente de agua de la ruta. El estero se pasa por un cómodo puente de palos, posiblemente innecesario en épocas secas.
Al otro lado del puente el sendero prosigue el ascenso por un amplio corredor. Poco a poco el bosque va disminuyendo y las señales desaparecen casi por completo, sin embargo la ruta sigue estando perfectamente demarcada y no hay bifurcaciones que den lugar a dudas. Se pasa cerca a algunas salientes rocosas que forman miradores para obtener las primeras visiones del lago Epuyen.
Finalmente se sale por completo de la protección de los árboles y todo el trayecto se convierte en una serie de magníficas panorámicas del lago y su entorno; mientras a la izquierda se observa una alta cumbre rocosa que constituye La Condorera. Se avanza más de un kilómetro de faldeo en ascenso por una senda pedregosa rodeada de vegetación arbustiva, hasta llegar a un letrero que indica la dirección del final de la ruta. .
Desde el letrero son doscientos metros de suave descenso hasta alcanzar una prominencia rocosa que constituye el sitio asignado como mirador. Además de las excelentes panorámicas del lago y los cerros que lo rodean, el mirador tiene una peculiaridad: una cómoda banca orientada hacia el peñasco dónde anidan los cóndores. Es posible sentarse confortablemente, con la cabeza reclinada hacia atrás, e incluso los pies arriba, para dedicar un buen rato a la contemplación de las grandes aves que frecuentemente sobrevuelan sus nidos.
Tiempo Esperado
Unas tres a cuatro horas ida y regreso
Permisos / Tarifas
Recomendaciones
- Ejemplo 1
- Ejemplo 2