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de 5.8 kilómetros termina la vía vehicular. Hay que seguir hacia el río que debe vadearse para buscar la antigua continuación de la vía, unos metros más abajo del punto donde esta llega en la orilla inicial. El vado no es complicado pues la corriente es mínima, e incluso en épocas de bajo caudal es posible cruzar entre las piedras sin mojarse los pies.
Una vez en la orilla contraria se sigue por el amplio trazado de la antigua vía que va en dirección opuesta al embalse, subiendo suavemente para llegar en cuatrocientos metros a una vía de ripio. En esta se dobla a la derecha, retomando la dirección hacia el muro de la represa.
Apenas a unos cien metros de encontrar el ripio se cruza un puente sobre un pequeño cauce de agua. Unos quinientos metros después del puente debe buscarse a mano izquierda un desvío no muy notorio, que deja la carretera empezando a faldear el cerro. Aunque el desvío no es muy visible, un buen punto de referencia es un porton de reja que se observa en la ladera unos metros arriba de la vía, portón por el cual el sendero cruza solo cien metros después de dejar el camino vehicular.
El sendero es amplio y pedregoso, posiblemente un antiguo camino maderero previo a la construcción del embalse. A pesar de la amplitud del trazado, el paso es incómodo por alguna vegetación y tramos con derrumbes, pero siempre es muy clara la dirección a seguir. Se asciende por la falda del cerro observándose bonitas panorámicas de la represa y de la lagunilla que se forma a sus pies.
Tras una breve subida la senda empieza a seguir el contorno del embalse aunque bastante arriba de sus orillas. Unos seiscientos metros después del portón el sendero se vuelve más estrecho mientras comienza a descender acercándose un poco al agua. La ruta continúa faldeando el cerro con pequeños ascensos y descensos por una senda pedregosa y muy bien definida.
Pasado 1.3 kilómetros desde el portón se cruza una tranquera y trescientos metros después se sale a un estero pedregoso, (seco en invierno), tras el cual hay una nueva tranquera. A esta altura la senda ya se encuentra bastante
El sendero transcurre el siguiente tramo faldeando los cerros que enmarcan el embalse bajo hermosos bosques de roble. Finalmente se observa el pequeño estuario que forma un arroyo al desembocar en el embalse, pocos metros después aparece el rústico refugio de arrieros y el descenso hacia el arroyo. El refugio se encuentra en malas condiciones, pero el lugar es bueno para hacer campamento, aunque puede ser mejor al otro lado del arroyo, donde incluso se puede descender fácilmente a la costa del embalse.
Para continuar se vadea el arroyo, vado bastante simple a menos que haya crecientes por lluvias.
Una vez en la orilla contraria se sigue por el amplio trazado de la antigua vía que va en dirección opuesta al embalse, subiendo suavemente para llegar en cuatrocientos metros a una vía de ripio. En esta se dobla a la derecha, retomando la dirección hacia el muro de la represa.
Apenas a unos cien metros de encontrar el ripio se cruza un puente sobre un pequeño cauce de agua. Unos quinientos metros después del puente debe buscarse a mano izquierda un desvío no muy notorio, que deja la carretera empezando a faldear el cerro. Aunque el desvío no es muy visible, un buen punto de referencia es un porton de reja que se observa en la ladera unos metros arriba de la vía, portón por el cual el sendero cruza solo cien metros después de dejar el camino vehicular.
El sendero es amplio y pedregoso, posiblemente un antiguo camino maderero previo a la construcción del embalse. A pesar de la amplitud del trazado, el paso es incómodo por alguna vegetación y tramos con derrumbes, pero siempre es muy clara la dirección a seguir. Se asciende por la falda del cerro observándose bonitas panorámicas de la represa y de la lagunilla que se forma a sus pies.
Tras una breve subida la senda empieza a seguir el contorno del embalse aunque bastante arriba de sus orillas. Unos seiscientos metros después del portón el sendero se vuelve más estrecho mientras comienza a descender acercándose un poco al agua. La ruta continúa faldeando el cerro con pequeños ascensos y descensos por una senda pedregosa y muy bien definida.
Pasado 1.3 kilómetros desde el portón se cruza una tranquera y trescientos metros después se sale a un estero pedregoso, (seco en invierno), tras el cual hay una nueva tranquera. A esta altura la senda ya se encuentra bastante
El sendero transcurre el siguiente tramo faldeando los cerros que enmarcan el embalse bajo hermosos bosques de roble. Finalmente se observa el pequeño estuario que forma un arroyo al desembocar en el embalse, pocos metros después aparece el rústico refugio de arrieros y el descenso hacia el arroyo. El refugio se encuentra en malas condiciones, pero el lugar es bueno para hacer campamento, aunque puede ser mejor al otro lado del arroyo, donde incluso se puede descender fácilmente a la costa del embalse.
Para continuar se vadea el arroyo, vado bastante simple a menos que haya crecientes por lluvias.