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Cambios
→Descripción de la ruta
La senda se vuelve ligeramente más estrecha, pero sigue totalmente clara y las señales amarillas siguen abundando. Aproximadamente un kilómetro después del inicio se llega a una gran araucaria que un cartel señala como ejemplar milenario. Se debe proseguir siguiendo los bastones amarillos, saliendo del bosque y comenzando a avanzar por un amplio escorial de grano muy pequeño. Aparece en frente el Volcán Lonquimay, visible en toda su magnificencia.
Viene aproximadamente un kilómetro de subida empinada que resulta un poco más exigente por el terreno suelto. Al terminar el ascenso se debe continuar por el filo cerca de cien metros hacia la derecha, antes de comenzar a bajar; aunque este tramo el sendero se desdibuja un poco, las señales indican claramente la dirección a seguir.