Cambios

Nuevamente la pendiente del terreno disminuye y se pierde la huella. El valle se amplía y se debe continuar subiendo, esta vez en dirección a la angostura que existe más arriba (al principio sólo se ve la parte alta de la angostura, pero se intuye como se va cerrando, lo cual se comprueba al seguir subiendo). En este segmento del camino se debe ir eligiendo según lo que a cada uno más le acomode, ya que se puede ir derecho subiendo unas lomas de mayor pendiente o éstas se pueden evadir por la izquierda (oeste) para seguir una ascenso más progresivo.

Al llegar a la angostura, un poco por sobre los 4.100 msnm, se vuelve a abrir un gran espacio y queda en evidencia el Glaciar del Rincón, esto por primera vez ya que casi todo el hielo que se encuentra más bajo está cubierto por piedras. Entrado el verano este sector se transforma en un laberinto de hielo, con penitentes que pueden superar los 2 metros de altura, y si bien no es difícil encontrar un camino sí se pierde mucho tiempo. El glaciar está flanqueado por la derecha (este) por paredes de piedra que van disminuyendo en envergadura mientras se gana altura. Es recomendable seguir más bien tirado hacia ese costado ya que al terminar está pared, casi al final del valle, empieza un acarreo con una fuerte pendiente. Acá hay que tener precaución porque sobre la ladera este, antes y después de el acarreo, existen las primeras grietas que se pueden ver en el glaciar. El acarreo es mayormente piedra suelta sobre hielo, lo que puede ser bastante molesto. Además la pendiente y el material suelto dan pie a que puedan rodar piedras y eventualmente golpear a alguien. No es mala idea subir con el piolet de marcha. Arriba hay una gran vista del camino desde Piedra Carvajal.