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El Sereno - Arroyo La Cascada

149 bytes añadidos, 5 marzo
Descripción General
Una hermosa caminata que transcurre por el campo El Sereno, perteneciente a uno de los pioneros en la colonización de la zona aledaña al Lago General Carrera. El recorrido se realiza siguiendo el camino de carretas que llevaba a un antiguo aserradero, contemplando durante su transcurso magníficas panorámicas del lago y su entorno. Hay también numerosos vestigios de la antigua explotación maderera, que constituyen un interesante testigo de las épocas antiguas.
La caminata termina en el cristalino y hermoso Arroyo de la Cascada, en medio de un fantástico bosque paradójicamente muy conservado, tanto así que su propietario, Don Jobito Pinuer, recibió un premio por su labor de conservación, otorgado por el Instituto de Investigaciones de la Patagonia. Es posible realizarla en Mountain Bike hasta el aserradero, trescientos metros antes del arroyo. en este caso se debe regresar por el mismo camino.
==Época adecuada==
==Acceso==
===En vehículo propio===
Desde Puerto Tranquilo se toma rumbo Norte la ruta 7, carretera austral, ripio en regular estado. Se avanzan cerca de veinte quince kilómetros, pasando la entrada del Lodge Chelenko y acercándose de nuevo al Lago General Carrera. Se pasa frente a tres pequeñas cabañas cerca a la orilla del lago y en la siguiente entrada vehicular se encuentra el campo El Sereno, donde se puede dejar el vehículo.
Desde allí se puede tomar a pie continuando por la carretera austral rumbo Norte unos doscientos metros hasta el siguiente portón a mano izquierda, donde se inicia la ruta.
Se prosiguió por la parte alta siguiendo senderos de animales no totalmente claros pero que permiten el avance sin mayores dificultades. Tras menos de medio kilómetro desde el arroyo se encontró una pequeña roca a mano derecha por la cual se debió trepar.
Después de una corta y no muy difícil trepada , se sale a potrero, por el cual se debe descender y cruzar un alambrado. A continuación se dobló a mano derecha, buscando seguir a ese costado rodeando la pared rocosa, siguiendo una difusa senda que a medida que se avanza se hace más definida.
Se prosigue entre potreros descendiendo suavemente, siempre hacia la derecha buscando el paso más expedito, hasta que finalmente, antes de un kilómetro y medio desde la roca, se reencuentra la amplia senda de carretas por la que se subió: por ella se termina el descenso.
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