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→Descripción de la ruta
Tras 2,3 kilómetros, la huella se pasa a la ladera norte de este filo, de más exposición solar, y la vegetación se achaparra de golpe, desapareciendo los robles, pero obteniendo a cambio una bella vista del palmar de Ocoa a nuestros pies. Se debe andar un kilómetro más por esta ruta ancha hasta que desemboca en una antigua mina de cuarzo (en la ladera sur).
(si se girara a la derecha, se recorrería la ruta [[Caleu - Ocoa]]). Es en este punto cuando comienza el tramo "salvaje" de la ruta, a lo largo del Cordón de los Penitentes, pues no existe un sendero claro por un largo tramo(este tramo coincide con una sección del [[Circuito La Cristalera]]). Se debe continuar por el filo, ascendiendo entre los arbustos y las rocas. Existen algunas tenues huellas de animales, pero en general no existe un sendero bien definido, por lo que la consigna es "siempre por el filo", a lo largo de una antigua pirca que lo corona la mayor parte del recorrido. Tras 15 minutos se llega a una cumbre (marcada como "cumbre 1") desde donde se ve la ruta hacia adelante.
El tramo siguiente es algo más confuso, porque el filo se hace menos nítido. Se recomienda seguir la pirca, que tuerce por algunos metros hacia el sur. Luego se debe avanzar de nuevo en dirección al oeste, con el objetivo de retomar el filo, el que se vuelve nuevamente visible. Para ello, se deberá bajar una ladera bastante hostil, entre arbustos, algunos de ellos espinosos. Poco antes de alcanzar la parte más baja, se alcanza un sendero que viene desde el sur, desde Olmué (marcado como "inicio de sendero") el que se debe seguir. La caminata adquiere de nuevo un carácter más amigable. 35o metros más adelante se alcanza una planicie rodeada de árboles. Poco después se inicia el ascenso al rocoso cerro Penitentes, último escollo de la ruta. El sendero será claro por un largo rato, ascendiendo gradualmente. El tramo final anterior al Penitentes, la huella y la pirca desaparecen (después de todo, el Penitentes es una pirca natural) y se debe buscar el acceso entre los arbustos. El último tramo antes de la cumbre requiere ayudarse con las manos para trepar las rocas, pero no reviste una dificultad seria ni justifica el uso de cuerdas, aunque la vegetación dificulta en cierta medida el ascenso. La cumbre del Penitentes es un bello mirador de la ruta que hemos venido siguiendo, así como de los dos valles que el cordón separa. El tramo inmediatamente posterior es la parte más complicada de la ruta, pues debe buscarse un paso entre la densa vegetación espinosa de la ladera norte (la ladera sur es un pequeño precipicio) y las grandes rocas. Pero encontrar el paso es posible, y luego vuelve a existir un tenue sendero que continúa con cierta claridad a lo largo la [[Glosario#A|arista]] misma hasta el Paso Ocoa, el punto más bajo del filo, y punto en que esta ruta se conecta con la [[Travesía del Parque Nacional La Campana]].