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En el km 3,4 (3483m), donde el camino forestal de ancho vehicular enfrenta un codo y gira bruscamente a la derecha, se debe dejar definitivamente para continuar por el sendero. Existe un pequeño hito de piedras en el codo. Esta vez, omitir esta instrucción implicaría una caminata signiticativamente más larga, por lo que se debe estar atento.
De ahí en más, se sigue siempre por un sendero, primero bajo la sombra de eucaliptus, pero luego la vegetación se vuelve escasa. A 3537m se pasa por una gran roca que hace las veces de mirador. Por primera vez, se observa Musho y el valle circundante. En el km 3,9 (3635m) se encuentra la primera fuente de agua que con seguridad está limpia, ajena a la actividad agrícola.
Sin nuevas bifurcaciones confusas relevantes, la ruta sigue ascendiendo con bastante pendiente. A los 3690m se acaban los árboles, y se sigue caminando por pastizales. Se pierde la sombra, pero se gana una gran vista al Cajón de Huaylas. Se enfrenta un zig-zag, y luego se asciende en línea recta por una arista.
