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Se debe luego continuar bajando lentamente por la ladera. Poco más adelante será una ruta claramente definida en la ladera de la montaña, y que constituye el único paso pasible para la barrenieve. Se debe superar una curva en la que hay que subir un par de metros (sacarse los esquíes), seguida de un descenso algo abrupto. En seguida se alcanza un nuevo sector plano, punto desde donde se aprecia por primera vez el valle de Aguas Calientes y que da comienzo al verdadero descenso. Al comenzar la bajada, es importante
[[Imagen:Pozón_Termas_Aguas_Calientes_InviernoPozon_Termas_Aguas_Calientes_Invierno.JPGjpg|thumb|left|300px|Pozón Termal en invierno]] tener en cuenta que nuestro destino es el extremo este del valle, cubierto por las laderas, por lo que se debe avanzar en esa dirección y no directamente hacia abajo. La ruta es bastante intuitiva. Se rodea la parte alta del segundo río termal (así llamado por el orden dado por la [[Valle de Aguas Calientes|ruta normal de este trekking]]) y luego se continúa bajando hasta el fondo del valle, donde esta ruta empalma con la [[Valle de Aguas Calientes|ruta normal]].
Más adelante, aparece un tercer estero termal, de agua tan caliente que, en su origen, incluso permite cocinar (con paciencia). Es además potable, por lo que permite tomar café y té directamente, sin necesidad de utilizar cocinilla. Sólo 630 metros más hacie el este, el valle termina, y se encuentra un espléndido pozón, alimentado por un generoso chorro caliente, un pequeño estero helado y un afloramiento de agua tibia (todo en uno), lo que permite calibrar la temperatura "a gusto". Junto a él existen buenos lugares para acampar. Este punto da fin al trek aún cuando el sendero continua hasta el Rio Ñuble.