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Tras deshacer el micro-desvío se sigue por el bosquete de eucaliptus, se atraviesa una puerta diseñada para que no circule ganado, y se atraviesa un claro con pastizales. Es ligeramente confuso: avanzar aproximadamente a cota en dirección Noreste. Luego se cruzará el primero de muchos puentes (km 0,6 - 664m) y se sigue avanzando con poca pendiente bajo un bosque ya enteramente nativo. Tras un pequeño descenso se llega hasta el escénico puente grande sobre el Río Blanco (km 1,7 - 774m). Tras este hito sigue un ascenso fuerte, a lo largo de un sendero muy trabajado con pasarelas y escalones de madera. Al final de este ascenso fuerte se llega al Mirador (km 1,94 - 823m), una espléndida plataforma de madera con vista al valle del río Ranintulelfu. Sigue un tramo muy grato, zigzagueante bajo un bosque de robles, coigües, mañíos y tepas.
El sendero es siempre muy claro y con una señalización realmente excelente. Se pasará por otra plataforma de madera llamada Mirador Raulí (km 2,56 - 962m). Sigue muy seguido una secuencia de puentes y miradores: Puente El Chucao(seguido de una grata mesa hecha con gruesos troncos), Puente El Búho, Mirador del Salto Chico (que es exactamente lo que su nombre indica), Puente El Puma (aunque la ilustración de puma más parece un ratón) y Puente El Pudú (km 3,32 - 1071m). Este último tramo ofrece una pendiente muy suave de ascenso. Tan solo 300 metros adicionales de caminata se llega al Salto del Río Elefante, una bella cascada que nos recuerda al comercial de Kem Piña en versión fría (km 3,66 - 1152m). El lugar está, como es la tónica de la ruta, bien señalizado.