Cambios

La primera parte pasa por el sendero marcado “Pichillancahue”. Hay una subida suave a través de un espléndido bosque de araucarias mezcladas primero con coigües y luego con lengas, pero ya después de caminar 20 minutos alcanzamos el límite del bosque. Se nos brinda una espectacular vista de 360º a los volcanes Villarrica al oeste, Llaima y Sollipulli al norte, Quetrupillán y Lanín al este y el Choshuenco/Mocho al sur. Un poco más adelante está una bifurcación a la derecha donde oficialmente comienza el sendero de CONAF “Los Nevados”, mientras el sendero al glaciar Pichillancahue sigue recto. Este desvío serían 5,6 kms ida y vuelta, 310 m de subida acumulada y 1½-2 horas adicionales.

Tomando el sendero Los Nevados, ahora en adelante marcado con estacas pintadas de color rosado, pasamos por pastos de altura hasta llegar en 5 minutos a un arroyo con agua cristalina. Es la primera de tres oportunidades de abastecerse con agua. Hay una curiosa formación rocosa cerca, con columnas de basalto en su clásica forma hexagonal. Después comienza una suave subida, luego el sendero mantiene esta cota por encima del límite del bosque, cruza el segundo arroyo en la estaca 5 hasta entrar en un bosquecillo de lenga achaparrada unos 50 minutos después de la bifurcación. La sombra nos protege sólo por pocos metros, pero 5 minutos más tarde el sendero entra por segunda vez a un bosque, ahora más grande y con árboles más altos. Entre la vegetación hay huellas de vacunos que suelen llegar hasta esta altura, y hay que fijarse mucho para no perder el sendero correcto que –recorrido unos 250 m dentro del bosque- gira hacia la izquierda y comienza a bajar hacia el fondo del valle. Diez minutos más tarde deberíamos llegar a la estaca 8 junto a un estero, un lugar ideal para un picnic o armar una carpa si hubiera necesidad. Es la última posibilidad de abastecernos con agua en las próximas tres horas hasta llegar al camino vehicular.

Pasado el estero, el sendero trepa el faldeo del valle, llega pronto a una planicie y gira en dirección noroeste. Al fondo se divisa un portezuelo que separa los contrafuertes del Villarrica del Cerro Colorado que está al norte nuestro. Este portezuelo, que alcanzamos después de caminar 30-45 minutos desde el estero, es el punto más alto del sendero Los Nevados. Desde aquí toma una dirección general entre norte y noreste. Ahora comienza otra parte de orientación difícil. A veces el sendero es apenas visible, a veces se divide en dos sin ninguna explicación. Hay estacas que ayudan, pero varias faltan. En general en sendero va bajando, con cortas subidas para salir de las numerosas quebradas secas que van hacia el este, formadas por las lluvias invernales. La ruta pasa por la izquierda de una loma que los lugareños llaman “Cerro Bayo”, por su color café claro. Luego rodea al Cerro Negro por la derecha. El paisaje se ha puesto bastante lunar, prácticamente sin vegetación. Finalmente se distingue un cráter extinto, todavía por encima del límite del bosque, pero cubierto de pasto andino. Este es el Cerro Sillón, a cuyo faldeo izquierdo se llega 60-75 minutos después del portezuelo.

En la estaca 25 el sendero topa con otra quebrada seca y se continúa bordeándola hasta entrar al bosque y más tarde hay que bajar al fondo de la quebrada. En el lecho de piedra y arena crecen araucarias, que por los aluviones están enterradas por varios metros de sedimentos y sólo sobresalen las copas. El sendero continúa por el lecho seco hasta entrar en una zona de bosque más espeso. Finalmente llegamos a un cruce en T con un antiguo camino forestal: aquí está el límite del parque nacional. Ambos brazos del camino se juntan más adelante; el de la derecha es un poco más corto. Diez minutos más tarde llegamos a un cerco. Hasta aquí se podría encargar un vehículo para que lo recoja.