Laguna Brava y El Salado

Una ruta que transcurre por el hermoso páramo de Chiles pasando por la legendaria Laguna Brava y terminando en el Sector denominado “El Salado”, donde se encuentran las nacientes del Río El Plata. El recorrido se realiza rodeado casi todo el tiempo de bonitos frailejones, avanzando por una combinación de antiguos caminos ya poco transitados, pero que aún pueden distinguirse sin mucha dificultad; hay pequeños tramos de campo traviesa pero sin obstáculos de consideración. No existe señalización alguna.

Además de las hermosas panorámicas del páramo, del Cerro Negro de Mayasquer y del Valle del Plata, hay posibilidades de avistamientos de fauna silvestre, especialmente venado Cola Blanca, zorro o cóndores. Puede combinarse con el ascenso al Cerro Negro, el ascenso al Volcán Chiles; o las caminatas a las Lagunillas del Páramo de Chiles o a la Quebrada Chorrera.

Se puede realizar en cualquier época pero se recomienda en la temporada seca de Junio a Septiembre

En vehículo propio

Desde la ciudad fronteriza de Tulcán, capital de la Provincia del Carchi, se toma la vía pavimentada rumbo al poblado de Tufiño, una vez allí se continua rumbo Oeste por la misma vía. En tres kilómetros mas, (desvío a balneario termal Aguas Hediondas), termina el pavimento y debe proseguirse por ripio en regular estado siguiendo la carretera que lleva a Maldonado.

Pasados aproximadamente 34 kilómetros desde Tulcán se encuentra señalizado a mano derecha el desvío rumbo al refugio del Volcán Chiles, pasado el cual comienza un descenso. Se bajan aproximadamente seis kilómetros más hasta que se observa una casa vacía a mano izquierda. La siguiente curva después de la casa, hay una senda amplia que sale a mano izquierda: es el inicio de la ruta. El vehículo se podría dejar estacionado cerca a la entrada de la construcción.

En transporte público y autostop

Desde Tulcán salen varios buses al día rumbo Maldonado, los horarios varían según el día de la semana. Descender aproximadamente seis kilómetros más allá del ingreso al Refugio del Volcán Chiles. Se debe descender del bus unos seis kilómetros después del Refugio, al pasar una casa vacía al costado izquierdo. La siguiente curva después de la casa es el inicio de la ruta.

Se toma el amplio camino que comienza a descender para cruzar un pequeño curso de agua, que se alcanza en menos de doscientos metros. El cruce no es complicado y, salvó casos extraordinarios, no requiere mojarse los pies. Tras pasar el pequeño arroyo, se observa una amplia senda que sube: debe seguirse en un ascenso no muy pendiente, por aproximadamente doscientos metros más.

Al llegar a un punto donde la senda gira a la derecha, se debe dejar y seguir de frente por otro sendero menor pero muy notorio, (ver foto). Se sigue subiendo entre frailejones y vegetación propia del páramo; la senda se vuelve más estrecha, pero generalmente es bastante clara, exepto en algunos tramos un poco pantanosos donde de todas maneras es fácil reencontrarla.

Se avanza cerca de setecientos metros desde el desvío, hasta encontrar en frente un terreno muy inundado. Allí se debe girar a la izquierda, buscando la continuación del sendero que empieza a rodear el pantano, subiendo hacia las pequeñas colinas que preceden el gran cerro que se tiene a ese costado, en dirección Noreste, (ver foto). Aunque en este tramo la senda es bastante pequeña, se puede distinguir prestando suficiente atención. Siempre se debe ir subiendo hacia la izquierda, alejándose del pantano que va quedando abajo a mano derecha.

Al cabo de medio kilómetro desde que se llegó al borde del humedal, se encuentra una pequeña lagunilla que se bordea por la derecha, siguiendo el ascenso por el tenue caminito. Antes de doscientos metros de la lagunilla aparece otra laguna mayor: la llamada Laguna Brava, por encontrarse en un lugar donde frecuentemente soplan fuertes vientos que agitan sus aguas.

A un costado de la laguna se observa una casa derruida, hacia la cual lleva el sendero. Después de la casa se debe buscar rodear la laguna por la izquierda, faldeando en ascenso la colina que la rodea por ese costado. Este tramo no tiene sendero definido, pero subiendo en diagonal a la izquierda, en aproximadamente trescientos metros se encuentra una nueva senda.

Al principio es un trazado pequeño, pero va ampliándose y pronto puede distinguirse el curso de un amplio sendero antiguo. En unos doscientos metros se gira a la derecha buscando la falda del gran cerro del fondo: aunque existen algunos pasos pantanosos, es fácil observar de lejos la continuidad de la ruta.

Aproximadamente medio kilómetro después de encontrar está senda, debe dejarse girando a la izquierda, para comenzar a subir el cerro que se iba faldeando. No hay sendero definido pero tampoco mayores obstáculos; como punto de referencia se puede comenzar el ascenso cuando se observa la pendiente menos vertical. Son aproximadamente trescientos metros de subida en diagonal a la izquierda, buscando el filo..

Se alcanza dicho filo en un punto donde se observa lo que fue el antiguo camino antes de existir la carretera; hoy una senda muy deteriorada. Debe cruzarse la gran senda y buscar un sendero que en menos de cien metros rodea un promontorio que se tiene a la izquierda, para tomar otro filo que comienza a descender hacia los humedales denominados “El Salado”, donde se encuentran las nacientes del Río El Plata. Abajo, a la izquierda, se observa un pequeño pantano que va drenando hacia lo que será el curso del río.

El sendero sigue el filo o cerca de él durante cerca de medio kilómetro de bajada un poco empinada. El último tramo de esta distancia la senda es más difusa: el track se desplazó ligeramente a la derecha del lomo, siguiendo senderos de conejos, para buscar algo de protección del fuerte viento que soplaba.

Transcurrido ese medio kilómetro aproximadamente, comienzan a encontrarse sendas que cruzan perpendicularmente: son varios senderos paralelos, debe seguirse alguno de ellos hacia la izquierda, empezando un faldeo en suave descenso. Es conveniente buscar los trazos más demarcados para facilitar el avance. Al cabo de aproximadamente medio kilómetro más, la senda termina al borde de un nuevo humedal que recoge las aguas que escurren del pantano divisado anteriormente; este es el final de la ruta.

Tiempo Esperado

Unas cuatro horas ida y regreso

• Ejemplo 1
• Ejemplo 2

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