Diferencia entre revisiones de «Cerro Callacpuma, de Huayrapongo a Pumashauca»
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Revisión del 21:09 2 jun 2024
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Descripción General
El Callacpuma es un interesante macizo rocoso situado muy cerca de la ciudad de Cajamarca, en las inmediaciones de los famosos Baños del Inca. Entre sus principales atractivos figuran una gran cantidad de pinturas rupestres: según datos del ministerio de cultura peruano, se calcula que existen en sus laderas mas de cuatro mil pinturas esparcidas en área de aproximadamente tres kilómetros cuadrados.
Existen numerosos accesos a este particular cerro y diversas formas de enfocar sus atractivos Esta ruta es un recorrido desde el extremo Noroeste del macizo, hasta la cima del mismo, descendiendo por la zona de las pinturas rupestres más conocidas.
Además de las excelentes panorámicas del entorno, se aprecian interesantes formaciones rocosas y finalmente algunos de los grabados que se encuentran en las rocas. El recorrido es por un sendero casi siempre bien demarcado hasta la cumbre; el descenso hacia las pinturas se realiza a campo traviesa sin obstáculos de consideración.
Época adecuada
Se puede realizar en cualquier época, recomendable en la temporada seca: de Junio a Septiembre
Acceso
En vehículo propio
En transporte público y autostop
Descripción de la ruta
El sendero prosigue hacia el frente por doscientos metros más, pasando arriba de una vivienda y de una antena; poco después de pasar estás construcciones se dobla a la derecha, ascendiendo a otro filo que se encuentra a ese costado..
Son solo cien metros de subida, llegando a un pequeño canal que se debe cruzar acercándose a unos tanques de agua verdes. Hay que dejar la senda más notoria y seguir otra que continúa subiendo por el lomo del cerro; es un sendero pedregoso, pequeño pero bastante bien demarcado.
Unos doscientos metros después del canal se alcanza un pequeño tramo plano, seguido de otra subida un poco empinada, hacia un promontorio rocoso; siempre siguiendo por el filo. Superado el promontorio se comienza a observar la llamada Cruz de Shaullo, para la cual falta solo un trayecto de solo doscientos metros casi planos.
Pasando la cruz se observa una amplia senda bien demarcada que desciende al poblado de Shaullo, siguiendo el recorrido de un viacrucis con cruces blancas. Se toma esta senda bajando por unas escaleras de piedra cerca de cien metros a un sector de ruinas de muros, pasando el cual viene otro tramo de escalones: iniciando este segundo descenso se debe dejar la amplia senda del viacrucis y tomar un pequeño sendero que va faldeando el cerro por el costado izquierdo del filo.
Tras unos cien metros de faldeo la senda gira a la derecha y toma definitivamente el filo. Se avanza por él casi un kilómetro de ascenso moderado, intercalado con un par de descensos muy pequeños. Poco antes de completar el kilómetro desde la cruz, viene una breve bajada a cruzar una hondonada.
Justo al final de la bajada la senda se bifurca: para continuar hacia la cima se debe continuar el sendero que va hacia el frente; el ramal de la izquierda sirve para descender a las pinturas rupestres y al final de la ruta. Continuando hacia la cumbre la senda reinicia el ascenso, tomando nuevamente el lomo del cerro. Tras unos doscientos metros más o menos claros, hay un pequeño tramo confuso: buscando hacia la derecha se reencuentra la ruta.
Aproximadamente cuatrocientos metros después de la bifurcación se llega a una punta seguida de un pequeñísimo descenso y un corto trayecto plano. Terminando este tramo vuelve a existir una bifurcación en la que debe continuarse de frente, siguiendo por el filo o cerca de él. La siguiente parte presenta algunos puntos confusos, donde generalmente la senda se volvió a encontrar a mano derecha.
De cualquier manera en menos de un kilómetro desde la primera bifurcación, siguiendo el contorno del cerro cerca al filo se alcanza la cumbre del Cayllacpuma, desde donde se puede apreciar una buena panorámica de Cajamarca, Baños del Inca y el caserío de Shaullo.
Para seguir la ruta hacia la zona de pinturas rupestres, se debe volver por el sendero que se siguió en el último tramo. Una posibilidad es regresar hasta la bifurcación y allí seguir el ramal que se dejó, en este caso, (de bajada), a mano izquierda. Otra opción un poco más corta pero sin sendero definido, es dejar la senda de retorno unos doscientos metros antes de la mencionada bifurcación y desviar a la izquierda, (waypoint izqbaj, está opción figura en el track).
Siguiendo la segunda posibilidad se encuentra inicialmente un esbozo de senda que pronto desaparece; sin embargo es fácil bajar ya que no hay obstáculos. Para orientarse debe buscarse el único árbol que se observa: metros más abajo del árbol se intercepta el sendero que viene de la bifurcación.
Está senda va faldeando el cerro por unos cien metros más y luego dobla a la derecha iniciando un descenso un poco empinado y pedregoso. A medida que se baja la senda se torna más difusa y finalmente va desapareciendo. Hay que continuar bajando por una ladera empinada: aunque la bajada es pendiente, no resulta difícil porque el suelo es firme; conviene buscar el terreno rocoso ya que el pasto suele tener desniveles y agujeros que no se ven.
Tras cerca de trescientos metros de bajada se debe comenzar a buscar una diagonal a la izquierda. Comienzan a observarse algunos esbozos de sendas pero ninguna bien demarcada. Cómo este tramo resulta prácticamente campo traviesa, cualquier posible senda o ruta es válida: lo importante es descender buscando una hondonada a mano izquierda que finalmente debe llegar a la zona de pinturas rupestres, que se inicia en el waypoint “Diablo”.
Allí hay un pequeño plano en la ladera: al costado derecho del farallón, ( si se desciende por la hondonada correcta), hay un alero rocoso donde se ven restos de campamento, (ver foto), en sus paredes aparecen las primeras imágenes dibujadas.
Desde estás primeras figuras rupestres se debe remontar un pequeño lomo para luego iniciar el descenso final. Hay un sendero pequeño, que sube unos cien metros e inicia el descenso en una diagonal a la izquierda, hacia unas murallas rocosas que se van observando hacia abajo.
Unos doscientos metros después de las reanudar la bajada se llega a las rocas. La senda desciende por el lado izquierdo de la muralla donde se encuentra el waypoint “llama”, con varias pinturas, destacando unas figuras bastante bien conservadas representando unas llamas. Se sigue por el costado de la pared hasta un corte en la roca que permite pasar al lado derecho del farallón; en ese punto, hacia el frente, antes de pasar al lado opuesto, se encuentran otras pinturas, principalmente de figuras zoomorfas, (waypoint animal).
Para continuar se debe buscar ahora el lado derecho de la formación rocosa, donde se encuentran las únicas zonas señalizadas con pinturas rupestres. Inicialmente se encuentra un gran alero rocoso en el cual se aprecian varias pinturas; casi de inmediato hay una gran piedra denominada la “Piedra Ovni”, con nuevas figuras representadas bajo su alero.
Tras este par de reconocidos sitios, la senda vuelve a girar hacia el costado izquierdo de las rocas, donde se observa una pequeña piedra cuadrada denominada la “Piedra Dado”. Subiendo unos pocos metros desde esta piedra, bordeando las rocas, se puede ver una gran figura humana no muy bien conservada, (waypoint humano).
Quedan menos de doscientos metros de descenso para llegar a la “Cueva Pumaushco”, lugar donde se aprecian las últimas pinturas, lamentablemente algo deterioradas por ser las más accesibles. Tras la gran cueva termina la ruta, llegando a la vía pavimentada que une Baños del Inca con el poblado llamado Llacanora.
Tiempo Esperado
Unas cuatro a cinco horas el recorrido completo
Permisos / Tarifas
Esta ruta es gratis y no se requiere permiso |
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Recomendaciones
- Ejemplo 1
- Ejemplo 2