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(¿Quién fue Cesare Maestri?)
 
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A fines de la década de 1950, casi todas las montañas de más de ocho mil metros habían sido ascendidas (solo faltaba el Dhaulagiri, que se coronó en 1960, y el Shishapangma, en 1964). Los grandes montañistas comenzaron a buscar nuevos desafíos, y el ascenso del Cerro Torre apareció como una de las alternativas más desafiantes.
 
A fines de la década de 1950, casi todas las montañas de más de ocho mil metros habían sido ascendidas (solo faltaba el Dhaulagiri, que se coronó en 1960, y el Shishapangma, en 1964). Los grandes montañistas comenzaron a buscar nuevos desafíos, y el ascenso del Cerro Torre apareció como una de las alternativas más desafiantes.
  
En 1959 , el italiano Cesare Maestri sostuvo que, en compañía de Toni Egger, había alcanzado la cima del Torre. De acuerdo a su versión, Egger había fallecido como producto de por un alud en el descenso (la aguja a la derecha del Torre fue nombrada en su honor). Las inconsistencias en el relato de Maestri, y la falta de clavos, pitones o cuerdas fijas en la ruta, ha llevado a la mayor parte de los escaladores a dudar de la veracidad de la afirmación. En 2005, Ermanno Salvaterra, Rolando Garibotti y Alessandro Beltrami, después de muchos intentos por montañistas de primer nivel, ascendieron una ruta en la cara que Maestri declaraba haber conquistada, y concluyeron que Maestri y Egger nunca llegaron a la cima.
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En 1959 , el italiano Cesare Maestri sostuvo que, en compañía de Toni Egger, había alcanzado la cima del Torre. De acuerdo a su versión, Egger había fallecido como producto de por un alud en el descenso (la aguja a la derecha del Torre fue nombrada en su honor).
  
Maestri regresó en 1970 para zanjar las dudas intentando una nueva ruta en la cara Sudeste. Con la ayuda de un voluminoso compresor a gas, Maestri equipó 350 metros de roca con clavos de expansión y llegó al final del granito, justo debajo del hongo de hielo. Maestri decía que "el hongo no forma parte de la montaña" y no siguió hasta la verdadera cumbre. Abandonó allí el compresor, unos cien metros bajo la cima. Esa ruta es hoy conocida como la ruta del compresor y fue repetida en 1979 por Jim Bridwell. La mayor parte de los escaladores no consideran el ascenso completo a menos que lleguen se supere el hongo.
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{{cita|Y llega la mañana del 31. El primer trecho que superamos de cerca de 60 metros es rapidísimo, casi vertical. Subimos sin detenernos y por una canaleta tortuosa pero empinada y todavía por un pequeño extraplomo de hielo, desembocamos al trecho final. Asciendo con algo así como un sabor de fatiga en la garganta; a cerca de 50 metros de nosotros está la cima. Seguimos trepando mientras el viento continúa soplando con violencia.
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Esto no parece posible. No estoy contento; esta cima no es corno otras. Tanta fatiga, tanto riesgo, tantos factores extraños, ajenos al alpinismo, y que me dieron la fuerza para subir. No, no estoy contento.
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Comemos algo, fotografiamos las banderas que no podemos atar a las picotas que necesitamos para anclamos contra la potencia del viento y luego descendemos lo más rápidamente posible [...]
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Y luego la tragedia final:
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[...] Continuamos bajando de esta manera y llegamos a medianoche del 2 de febrero a unos 1000 metros de la cuerda fija.
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Decidimos pasar la noche en el borde de un pequeño nevero pendiente. Planto el clavo de expansión y comienzo a excavar un hueco donde pasar la noche. A Toni esto no le parece muy seguro; quiere examinar un lugar algo más abajo a la derecha, donde puede hallar un sitio más cómodo.
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Mientras lo observo, a una veintena de metros de mí, un ruido sordo me hace alzar la cabeza: una enorme masa de nieve y hielo se desliza desde la cima. Aúllo: "¡Cuidado, Toni!" y me aplasto contra la pared.
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Un golpe sordo, la cuerda se pone tensa, Toni recibe un golpe en la cabeza cuando cae el hielo, desaparece bajo el alud. La avalancha continúa cayendo, perdiendo fuerza [...
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Llamo a Toni; nadie me responde. No queda ninguna esperanza. Me acurruco en el hueco de nieve y espero a que pase esta noche tremenda. Quizás al día siguiente sea mi turno. Al alba del 3 de febrero salgo del hueco de nieve como un condenado a muerte... De la cima siguen cayendo las avalanchas... La pared es un infierno.., a pocos metros del cono de deyección de la base, resbalo, pierdo pie, no consigo detenerme con las manos... pero la nieve caída la noche anterior me recoge, me detiene y aminora el golpe. El espíritu de conservación me lleva a través del quebrado glaciar a unos 300 metros del campamento III donde Cesare Faya se ha quedado seis días solo esperándonos y agito la mano a Cesare, y le hablo desde el otro lado de una grieta, en un estado de semi inconsciencia, balbuceando, "Toni ha muerto".|Cesare Maestri}}
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Las inconsistencias en el relato de Maestri, y la falta de clavos, pitones o cuerdas fijas en la ruta, ha llevado a la mayor parte de los escaladores a dudar de la veracidad de la afirmación. En 2005, Ermanno Salvaterra, Rolando Garibotti y Alessandro Beltrami, después de muchos intentos por montañistas de primer nivel, ascendieron una ruta en la cara que Maestri declaraba haber conquistada, y concluyeron que Maestri y Egger nunca llegaron a la cima.
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Maestri regresó en 1970 para zanjar las dudas intentando una nueva ruta en la cara Sudeste. Con la ayuda de un voluminoso compresor a gas, Maestri equipó 350 metros de roca con clavos de expansión y llegó al final del granito, justo debajo del hongo de hielo. Maestri decía que "el hongo no forma parte de la montaña" y no siguió hasta la verdadera cumbre. Abandonó allí el compresor, unos cien metros bajo la cima. Esa ruta es hoy conocida como la ruta del compresor y fue repetida en 1979 por Jim Bridwell. La mayor parte de los escaladores no consideran el ascenso completo a menos que lleguen se supere el hongo.
  
 
El primer ascenso no cuestionado al Cerro Torre, incluyendo su hongo somital, fue ejecutado por Casimiro Ferrari, Daniele Chiappa, Mario Conti y Pino Negri en 1974.
 
El primer ascenso no cuestionado al Cerro Torre, incluyendo su hongo somital, fue ejecutado por Casimiro Ferrari, Daniele Chiappa, Mario Conti y Pino Negri en 1974.

Revisión actual del 10:45 15 feb 2017

¿Quién fue Cesare Maestri?

El compresor que Cesare Maestri dejó en el Cerro Torre en 1970. Fotografía: Jim Bridwell

A fines de la década de 1950, casi todas las montañas de más de ocho mil metros habían sido ascendidas (solo faltaba el Dhaulagiri, que se coronó en 1960, y el Shishapangma, en 1964). Los grandes montañistas comenzaron a buscar nuevos desafíos, y el ascenso del Cerro Torre apareció como una de las alternativas más desafiantes.

En 1959 , el italiano Cesare Maestri sostuvo que, en compañía de Toni Egger, había alcanzado la cima del Torre. De acuerdo a su versión, Egger había fallecido como producto de por un alud en el descenso (la aguja a la derecha del Torre fue nombrada en su honor).

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Y llega la mañana del 31. El primer trecho que superamos de cerca de 60 metros es rapidísimo, casi vertical. Subimos sin detenernos y por una canaleta tortuosa pero empinada y todavía por un pequeño extraplomo de hielo, desembocamos al trecho final. Asciendo con algo así como un sabor de fatiga en la garganta; a cerca de 50 metros de nosotros está la cima. Seguimos trepando mientras el viento continúa soplando con violencia.

Esto no parece posible. No estoy contento; esta cima no es corno otras. Tanta fatiga, tanto riesgo, tantos factores extraños, ajenos al alpinismo, y que me dieron la fuerza para subir. No, no estoy contento.

Comemos algo, fotografiamos las banderas que no podemos atar a las picotas que necesitamos para anclamos contra la potencia del viento y luego descendemos lo más rápidamente posible [...]

Y luego la tragedia final:

[...] Continuamos bajando de esta manera y llegamos a medianoche del 2 de febrero a unos 1000 metros de la cuerda fija. Decidimos pasar la noche en el borde de un pequeño nevero pendiente. Planto el clavo de expansión y comienzo a excavar un hueco donde pasar la noche. A Toni esto no le parece muy seguro; quiere examinar un lugar algo más abajo a la derecha, donde puede hallar un sitio más cómodo. Mientras lo observo, a una veintena de metros de mí, un ruido sordo me hace alzar la cabeza: una enorme masa de nieve y hielo se desliza desde la cima. Aúllo: "¡Cuidado, Toni!" y me aplasto contra la pared. Un golpe sordo, la cuerda se pone tensa, Toni recibe un golpe en la cabeza cuando cae el hielo, desaparece bajo el alud. La avalancha continúa cayendo, perdiendo fuerza [...

Llamo a Toni; nadie me responde. No queda ninguna esperanza. Me acurruco en el hueco de nieve y espero a que pase esta noche tremenda. Quizás al día siguiente sea mi turno. Al alba del 3 de febrero salgo del hueco de nieve como un condenado a muerte... De la cima siguen cayendo las avalanchas... La pared es un infierno.., a pocos metros del cono de deyección de la base, resbalo, pierdo pie, no consigo detenerme con las manos... pero la nieve caída la noche anterior me recoge, me detiene y aminora el golpe. El espíritu de conservación me lleva a través del quebrado glaciar a unos 300 metros del campamento III donde Cesare Faya se ha quedado seis días solo esperándonos y agito la mano a Cesare, y le hablo desde el otro lado de una grieta, en un estado de semi inconsciencia, balbuceando, "Toni ha muerto".
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Cesare Maestri

Las inconsistencias en el relato de Maestri, y la falta de clavos, pitones o cuerdas fijas en la ruta, ha llevado a la mayor parte de los escaladores a dudar de la veracidad de la afirmación. En 2005, Ermanno Salvaterra, Rolando Garibotti y Alessandro Beltrami, después de muchos intentos por montañistas de primer nivel, ascendieron una ruta en la cara que Maestri declaraba haber conquistada, y concluyeron que Maestri y Egger nunca llegaron a la cima.

Maestri regresó en 1970 para zanjar las dudas intentando una nueva ruta en la cara Sudeste. Con la ayuda de un voluminoso compresor a gas, Maestri equipó 350 metros de roca con clavos de expansión y llegó al final del granito, justo debajo del hongo de hielo. Maestri decía que "el hongo no forma parte de la montaña" y no siguió hasta la verdadera cumbre. Abandonó allí el compresor, unos cien metros bajo la cima. Esa ruta es hoy conocida como la ruta del compresor y fue repetida en 1979 por Jim Bridwell. La mayor parte de los escaladores no consideran el ascenso completo a menos que lleguen se supere el hongo.

El primer ascenso no cuestionado al Cerro Torre, incluyendo su hongo somital, fue ejecutado por Casimiro Ferrari, Daniele Chiappa, Mario Conti y Pino Negri en 1974.