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{{Baños Colina - Rio Azufre}}
Después se cruza el Río Azufre (el autor de esta reseña, además del waypoint, construyó un hito de roca en el cruce). El cruce no debiera representar mayores complicaciones, pero con seguridad requerirá sacarse los zapatos y helarse los pies. Después del cruce del río viene una vega, la que debe cruzarse por abajo, no hay que ingresar a la vega, pues el camino va claro por abajo. Una vez cruzada la vega, a mano izquierda se ve una pequeña lomita, la que se debe pasar por el lado derecho (sur), pues por ahí el camino sigue claro hasta llegar casi al fondo del cajón. Hay que hacer un esfuerzo por no perder esta huella, la que sigue clara un buen trecho. Luego, el sendero se pierde un poco cuando el valle comienza a torcer al noreste. En una ladera donde hay una piedra grande empieza de nuevo el camino claro, con buena vista, es posible verlo desde lejos. Se sigue el sendero, pero ahora en dirección norte. Hace rato que es visible el [[Volcán San José]] al fondo, con el glaciar Nieves Negras. A la derecha, será visible la fila de cerros que compone el Amarillo, Panamericano y Manu Tara. Transcurrido un rato, se sale a un valle plano precioso con un estero al medio. Este estero puede traer mucha agua y hay que buscar donde cruzarlo, es angosto, pero con pendiente y piedras muy resbalosas, además en todo el sector aledaño existen muchas vegas que seguramente harán tener los pies húmedos. [[Archivo:Valle_nieves_negras.jpg|thumb|300px|left|Valle del Nieves Negras. Mirando al norte, mayo de 2009]]
Este es un lugar ideal para acampar. Poco más al norte, el sendero comienza a subir en dirección este, en dirección al paso fronterizo Nieves Negras. En este punto, es posible acercarse al glaciar, pero ya sin un sendero que seguir. Se recomienda enfáticamente continuar hasta la base del glaciar y luego seguir unos treinta minutos más caminando sobre la zona sucia del glaciar, en dirección a la cumbre de un promontorio piramidal de roca oscura. Esta última parte de la ruta se debe hacer con cuidado pues se empieza a caminar por la morrena. La vista desde este punto es sencillamente maravillosa, estando en medio del glaciar y sin obstáculo alguno que corte la vista. Se está a 3.220 metros, por lo que son 2.500 metros verticales de hielo los que se tienen al frente. Un paseo extraordinario