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→Descripción de la ruta
Frente al bosque el sendero se desdibuja: debe seguirse el ascenso faldeando el cerro por la derecha, para rodear una zona rocosa que se tiene a la izquierda. Al principio no parece haber senda alguna, pero a media altura se van encontrando surcos paralelos que van formando un esbozo de camino. Pasando los cien metros de faldeo, se debe girar a la izquierda buscando el filo: no hay un trazado muy notorio, pero se observa un esbozo de senda que pronto llega a un alambrado que debe cruzarse.
Vienen cerca de trescientos metros de subida por el filo o cerca de él, en los que a ratos se define una senda y a ratos se confunde un poco. Transcurrida esa distancia, el trazado parece perderse, se buscó a mano izquierda subiendo y se volvió a encontrar un sendero bastante bien definido que, en cuatrocientos metros más, llegó a la primera lagunilla seca de la ruta, (puede tener agua en época de lluvias).
Se bordea esta lagunilla y se continúa ascendiendo ligeramente hacia la derecha, llegando en menos de trescientos metros a una segunda laguna seca, que ahora se rodeo por la derecha. En este punto hay tal proliferación de sendas, que es fácil confundirse: la mayoría de senderos tiende a ir hacia un costado, pero debe buscarse el ascenso hacia una enorme prominencia rocosa que destaca a la derecha de la cumbre del Balas. Está roca es visible la mayor parte del recorrido, por supuesto, si se encuentra despejado. Si no se tiene GPS, se debe buscarse, buscar llegar a la base de la roca por cualquiera de las múltiples opciones que se presentan.
Siguiendo el trayecto grabado en el track, tras la segunda laguna seca, se ascendió ligeramente a la izquierda, alcanzando poco después una tercera lagunilla, también seca por lo menos en esa temporada. Nuevamente se rodeó por la derecha y tras ella se giró a la izquierda , siguiendo algunos senderos más o menos claros, hasta encontrar una hondonada que se observó llevaba directamente a la base de la roca mencionada.
Se dobló a mano derecha y se comenzó a subir hacia la gran piedra: por momentos se encontraban esbozos de senderos bastante notorios, pero frecuentemente se perdían nuevamente; sin embargo no hay obstáculos de consideración en el trayecto. En general, tomando el costado derecho de la hondonada, se encontró un terreno más cómodo para avanzar. El ascenso es bastante pendiente pero no muy largo: antes de cuatrocientos metros de subida se intercepta una senda bastante clara que pasa casi debajo de la roca.