Diferencia entre revisiones de «Lagunas del Voladero - Vertiente termal Baños»
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[[Archivo:IMG 6777.JPG|miniaturadeimagen|Pozón después de la lagunilla, agua fría]] | [[Archivo:IMG 6777.JPG|miniaturadeimagen|Pozón después de la lagunilla, agua fría]] | ||
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Una hermosa ruta sin demasiada exigencia física, ya que exceptuando el primer ascenso, la mayor parte del recorrido transcurre en faldeos bastante suaves. A cambio los senderos son confusos y con alguna vegetación obstruyendo el paso, aunque es vegetación baja, fácil de superar. | Una hermosa ruta sin demasiada exigencia física, ya que exceptuando el primer ascenso, la mayor parte del recorrido transcurre en faldeos bastante suaves. A cambio los senderos son confusos y con alguna vegetación obstruyendo el paso, aunque es vegetación baja, fácil de superar. |
Revisión del 14:49 10 oct 2023
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Descripción General
Una hermosa ruta sin demasiada exigencia física, ya que exceptuando el primer ascenso, la mayor parte del recorrido transcurre en faldeos bastante suaves. A cambio los senderos son confusos y con alguna vegetación obstruyendo el paso, aunque es vegetación baja, fácil de superar.
Las panorámicas son excepcionales, pudiendo observarse los volcanes Chiles, Cumbal, Cotacachi e Imbabura, y un excelente primer plano del Cayambe. Además varios poblados valles y las hermosas Lagunas del Voladero, recorrido con el cual puede combinarse el trayecto. Se observa además otra hermosa lagunilla, un refrescante pozo de agua fría, finalizando en un pequeño pozo de agua de temperatura perfecta. Si se tiene suerte es posible observar cóndores, zorros o venados cola blanca, incluso tal vez un oso de anteojos.
Como el recorrido transcurre por senderos bastante difusos y es frecuente la presencia de neblina, se recomienda el uso de GPS.
Época adecuada
Se puede realizar en cualquier época
Acceso
En vehículo propio
Partiendo de Quito rumbo Norte por la carretera panamericana, después de la ciudad de Ibarra, se llega en unas tres horas, (desde Quito), a un cruce señalizado a mano izquierda hacia el poblado del Ángel. Si se viene desde Tulcán se toma la carretera Panamericana hasta el kilómetro 62, donde se ubica el mencionado cruce.
Una vez en el poblado de El Ángel se sale por vía pavimentada hacia el Noroeste, señalizado como Reserva el Ángel. Apenas pasados dos kilómetros desde el pueblo hay un desvío a la derecha, también señalizado con un letrero que indica el Sector Voladero. Allí se toma una vía de ripio en mal estado pero apta para todo tipo de vehículos. A menos de un kilómetro hay una bifurcación pero ambos ramales vuelven a confluir.
Después de un ascenso de aproximadamente 16 kilómetros se llega a las instalaciones de la Reserva y la casa del guardaparque donde se debe registrar la visita. Al lado existe un estacionamiento para dejar el vehículo.
En transporte público y autostop
Desde Tulcán existen buses cada hora rumbo al poblado del Ángel. Desde el pueblo no hay transporte público hacia El Voladero. Se puede tomar un taxi colectivo hacia La Libertad, que lo deja en el desvío y desde allí caminar o hacer autostop.
Aunque el tráfico es escaso, los lugareños son bastante amables y suelen acercar a los turistas, aunque generalmente no llegan más allá de la mitad del recorrido. En fines de semana es fácil encontrar otros turistas que, si tienen espacio, pueden llevar hasta el inicio del sendero. Otra posibilidad es contratar una camioneta en el Parque Principal del Ángel.
Descripción de la ruta
Desde la casa de la Reserva se toma el sendero que va a las lagunas y que casi de inmediato se bifurca. Hay que tomar el ramal izquierdo, que asciende por una amplia senda perfectamente demarcada. En aproximadamente cuatrocientos metros se llega al Mirador Corazones Sanos, desde el que se observa una excelente panorámica de las lagunas y los vo!canes Chiles y Cumbal, este último ya en territorio colombiano.
En el mirador se debe dejar el sendero de la reserva y saliendo del cercado seguir a mano izquierda el filo que se observa a ese costado. Al comienzo es difícil distinguir sendero alguno, (es más fácil si se cruza el cerco unos diez metros antes del mirador), pero la vegetación es baja y, aunque incómoda, permite el paso. Poco a poco se va encontrando un esbozo de senda que facilita el avance. Desde lo alto la panorámica es aún mejor que en el mirador, además de las lagunas y volcanes mencionados, se puede observar hacia la izquierda los volcanes Cayambe, Imbabura y Cotacachi, el poblado de San Gabriel y otras pequeños pueblos.
Se sigue así ascendiendo por el filo hasta llegar a su parte más alta, antes de doscientos metros. Al iniciar el descenso se va notando un surco a nivel del piso que hace más cómodo el avance. Se baja esta pequeña prominencia y en unos cien metros más se comienza a rodear por la derecha la siguiente punta del cordón montañoso. Pasada está segunda punta la ruta gira a la izquierda y sigue faldeando el cordón por ese costado, dirigiéndose al cerro más grande que se observa en frente. El sendero es solo un pequeño surco a nivel del piso, apenas perceptible y a menudo obstruido por vegetación; debe estarse muy atento para no perder su trazado.
Aproximadamente un kilómetro después del mirador se llega frente al cerro más alto del cordón y se debe comenzar a rodearlo por el costado izquierdo, siempre siguiendo el diminuto surco que constituye el sendero. Se desciende un corto trecho y luego se continúa casi plano, siempre faldeando la montaña.
Tras aproximadamente dos kilómetros desde el mirador, se va terminando de rodear el cerro mayor y la pequeña senda se va haciendo un poco más notoria. En medio de los pastizales y frailejones que predominan en el entorno aparece una curiosa y gran piedra cubierta de vegetación. A partir de allí la senda prosigue siempre hacia el Norte, mientras queda atrás la visión del Imbabura y Cotacachi y vuelve a observarse el Volcán Chiles al fondo, a mano derecha. El sendero es un poco más claro, pero sigue siendo necesario prestar atención para no salirse de su curso; se va avanzando con pequeños ascensos y descensos muy suaves. Pronto comienza a verse una pequeña laguna que puede visitarse más adelante.
Unos setecientos metros después de la primera piedra, se observa otra similar denominada, (quien sabe porque), la "Piedra de los Chilenos". La senda pasa a un costado de la piedra y continúa bajando en una suave diagonal, hasta que en unos cien metros se intercepta un sendero amplio y bien definido que debe tomarse hacia la derecha.
El nuevo sendero va bajando suavemente durante casi un kilómetro, hasta un pequeño cauce de agua. En este lugar existen dos posibles opciones: seguir el camino amplio que continúa en frente, o desviar para visitar la lagunilla. En caso de querer desviar se debe subir por una senda muy difusa, siguiendo el curso de agua. Unos cien metros más adelante se encuentra un pantano que debe rodearse por la derecha; pronto se observa la laguna a ese costado. Se puede continuar a campo traviesa hacia el frente, pasando unas zonas pantanosas, y en unos setecientos metros bastante confusos, se vuelve a interceptar la senda principal.
Si al llegar al curso de agua se desea seguir la senda grande, también puede visitarse la laguna pero cruzando un pantano que en época de lluvias puede ser complicado. En ese caso se seguiría hasta en frente del waypoint que indica la laguna y allí se desvía en línea recta hacia ella. No es visible desde la senda, ya que está casi al mismo nivel.
Omitiendo el posible desvío, el sendero continúa perfectamente claro por setecientos metros más hasta llegar a un canal. Apenas se cruza el canal existe una bifurcación: en frente se puede seguir algo más de trescientos metros, hasta bajar a la Quebrada que surte el acueducto del poblado La Libertad. Se llega a un bonito pozo con una pequeña cascada, excelente lugar para un baño en un día caluroso.
Desde el pozo se debe regresar a la bifurcación y tomar ahora el ramal que baja nuevamente al canal y vuelve a cruzarlo por una especie de puente de tierra. En la otra orilla se debe seguir el borde la acequia aguas abajo, sin un sendero propiamente dicho, pero con suficiente espacio para caminar sin mayor dificultad. Al cabo de unos quinientos metros siguiendo el curso de agua, hay que estar atentos a un desvío a mano derecha. Se toma ese ramal, que aunque no es muy notorio puede distinguirse si se va alerta, y en unos cien metros se intercepta otra senda más demarcada que debe seguirse doblando a la izquierda.
En unos cien metros más se vuelve a encontrar el canal, ahora muy sumergido; hay unos tubos que hacen de puente, por los que se puede cruzar sin dificultad. Después de atravesarlo debe ignorarse un sendero que sube en frente, y tomar otro que continúa a mano derecha. Cerca de doscientos metros más adelante, la senda vuelve a descender al canal que debe cruzarse. Esta vez no hay puente, de modo que puede pegarse un salto, (un poco expuesto por la erosión de las orillas), o descender al agua y pasar por ella.
Se vuelve a seguir el cauce aguas abajo por unos cien metros, hasta una pronunciada curva en V. Allí debe buscarse un desvío a mano derecha, la entrada de esta senda es muy poco notoria, pero una vez se toma el sendero se vuelve bastante claro. En menos de cien metros se llega a un obvio descenso hacia la quebrada de Baños: en la orilla de en frente hay un pequeño pozo termal, unipersonal, pero de una temperatura ideal.
Tiempo Esperado
Unas seis horas el recorrido completo ida y regreso
Permisos / Tarifas
Esta ruta es gratis y no se requiere permiso |
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Recomendaciones
- Ejemplo 1
- Ejemplo 2