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→¿Quién fue Cesare Maestri?
Mientras lo observo, a una veintena de metros de mí, un ruido sordo me hace alzar la cabeza: una enorme masa de nieve y hielo se desliza desde la cima. Aúllo: "¡Cuidado, Toni!" y me aplasto contra la pared.
Un golpe sordo, la cuerda se pone tensa, Toni recibe un golpe en la cabeza cuando cae el hielo, desaparece bajo el alud. La avalancha continúa cayendo, perdiendo fuerza [...
Llamo a Toni; nadie me responde. No queda ninguna esperanza. Me acurruco en el hueco de nieve y espero a que pase esta noche tremenda. Quizás al día siguiente sea mi turno. Al alba del 3 de febrero salgo del hueco de nieve como un condenado a muerte... De la cima siguen cayendo las avalanchas... La pared es un infierno.., a pocos metros del cono de deyección de la base, resbalo, pierdo pie, no consigo detenerme con las manos... pero la nieve caída la noche anterior me recoge, me detiene y aminora el golpe. El espíritu de conservación me lleva a través del quebrado glaciar a unos 300 metros del campamento III donde Cesare Faya se ha quedado seis días solo esperándonos y agito la mano a Cesare, y le hablo desde el otro lado de una grieta, en un estado de semi inconsciencia, balbuceando, "Toni ha muerto".|Cesare Maestri}}
Las inconsistencias en el relato de Maestri, y la falta de clavos, pitones o cuerdas fijas en la ruta, ha llevado a la mayor parte de los escaladores a dudar de la veracidad de la afirmación. En 2005, Ermanno Salvaterra, Rolando Garibotti y Alessandro Beltrami, después de muchos intentos por montañistas de primer nivel, ascendieron una ruta en la cara que Maestri declaraba haber conquistada, y concluyeron que Maestri y Egger nunca llegaron a la cima.